Vivimos en un sistema económico que no logra entender la generosidad. Para este sistema, el egoísmo es el valor supremo. Tienes que cuidar para ti mismo solamente. No hay ninguna comida gratis. Si te doy algo, tienes que pagarme y darme más. La generosidad, entendida como la entrega libre y amorosa de sí mismo, es nada menos que la locura en el marco de tal sistema. Por eso, nuestra generosidad no puede limitarse a actos aislados de asistencia a los necesitados. Claro que tales actos son absolutamente necesarios. Sin embargo, no son suficientes. Tenemos que luchar para cambiar un mundo que crea personas necesitadas de comida, trabajo, y de los demás elementos de una vida digna. Luchando así, no debemos sorprendernos que, como aconteció a Jesús, encontremos oposición violenta. No obstante, en él tenemos el modelo perfecto de fidelidad.
Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
sábado, 27 de marzo de 2021
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20210328
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