En nuestros días, el crucifijo es sin duda la imagen artística
de Jesús más conocida. No se puede entrar en un edificio religioso, o en muchas
casas, sin encontrar crucifijos. Sin embargo, según los historiadores del arte
religioso, no ha sido siempre así. En los primeros tres siglos de la iglesia,
la imagen preferida fue la del buen pastor. En las catacumbas de Roma, por
ejemplo, se han descubierto varias estatuas, inscripciones, y otras
representaciones del buen pastor, pero casi ningún crucifijo o cruz. Es lo
mismo con el pesebre: la Navidad es impensable hoy sin los pesebres, pero no
existieron antes de San Francisco de Asís (1181-1226) quien, según san
Buenaventura, creó el primer ejemplo. El arte religioso es importante, porque
influye en nuestra comprensión y práctica de la fe. Prestemos atención al arte
religioso en nuestras vidas.
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