sábado, 6 de noviembre de 2021

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20211107

La Biblia es una fuente imprescindible para nuestra fe. En sus páginas, Dios se nos revela a sí mismo. Sin embargo, no es la única fuente de nuestro conocimiento de Dios. Como clarificó el Concilio Vaticano II en su Constitución Dogmática Sobre La Divina Revelación, la Tradición es también una fuente de suma importancia. Por Tradición, el Concilio no entendía "lo que se ha hecho en el pasado" sino la vida de la Iglesia guiada por el Espíritu Santo. Un aspecto de ella es la transmisión oral de la fe (los relatos, las historias, las creencias y todo lo que es transmitido no por escrito, sino por las palabras y acciones de los cristianos. Quizá es el modo más común y accesible para vivir y comunicar la fe. Debemos percibir esta Tradición oral, apreciada y contribuir a su purificación y a su existencia.

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