martes, 30 de noviembre de 2021

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20211205

 

De entre todos los Tiempos litúrgicos del año, Adviento es el que más dirige nuestra atención al tiempo mismo, pues habla del pasado de Israel, del presente de la Iglesia y del futuro de la humanidad. Nos recuerda que el tiempo es trascendental. No intenta dar una definición filosófica del tiempo (san Agustín de Hipona proclamó, de manera famosa, la dificultad de hacerlo), sino que nos estimula a meditar sobre nuestra actitud. ¿Cómo disponemos del tiempo que Dios nos ha otorgado? ¿Lo desperdiciamos, olvidándonos de su importancia, subestimándolo como una pertenencia de la que siempre gozaremos, haciéndonos flojos? ¿Lo guardamos con celo, acaparando nuestros momentos sólo para nosotros, negando nuestro tiempo a los demás que nos necesitan? ¿O lo consagramos por medio de nuestras plegarias, nuestra atención asidua y nuestra generosidad? El tiempo es un don divino. Hay que usarlo sabiamente.

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