viernes, 12 de noviembre de 2021

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20211114

En las películas de nuestros días, la historia se representa de dos maneras. Por un lado, se concibe como algo que seguirá siendo igual para siempre, es decir, no habrá un fin porque es un continuo perpetuo. Por otro lado, hay películas casi apocalípticas, que pintan no sólo un fin de la historia, sino un fin con fuego, guerra, y destrucción. Para el cristiano, ambas visiones están equivocadas. Sirven sólo para tranquilizar al público, distrayendo su atención del destino de la humanidad y enfocándola en una visión individualista; o para entretener al público, como una montaña rusa entretiene a sus pasajeros por medio del terror. Jesús propone una actitud distinta, de alegría, atención y actividad responsable. Para él, la historia tendrá un fin: no es algo absurdo que carece de significado. Pero este fin no es una destrucción aterradora sino una transformación elevadora.

 

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