El Evangelio de San Juan, al igual que los demás sinópicos,
recogieron el eco de la comparecencia de Jesús ante Poncio Pilato. Del mismo
modo que en los demás Evangelios el interrogatorio gira en torno de la
pretendida realeza de Jesús. Los romanos, excesivamente celosos de su dominio
imperial, no aceptaban movimientos reivindicatorios, así que Jesús, aclamado
rey de los judíos, les resultaría amenazante. Solamente el Evangelio de San
Juan nos incluye este dialogo sobre la realeza de Jesús. Tal como el Señor lo
declara su forma de ejercerla no se asemeja a la que se acostumbra en las
monarquías mundanas. Toda ellas utilizan el poder para dominar por la fuerza.
Aplastar y colonizar naciones Son reyes opresores que pisotean la liberta y la
autonomía de los pueblos más débiles. Jesús no recurre a excesos de poder. Su
instrumento para gobernar es la verdad. Su misión es justamente esa: ser
testigo de la verdad.
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