sábado, 5 de febrero de 2022

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20220206

 

La Iglesia tiene un gran tesoro que muchos no conocen: los escritos de los místicos. Grandes santos y escritores, como Teresa de Ávila (1515-1582), San Juan de la Cruz (1541-1591) y muchos más, han tenido experiencias transformadoras de la presencia de Dios y nos han dejado libros exquisitos, escritos con sabiduría profunda y a veces en forma poética, sobre estas experiencias, que son inexpresables en su esencia. Por si fuera poco, también detallan los pasos que cualquiera de nosotros podría asumir para abrirnos, si Dios quiere, a la presencia casi directa de la divinidad. Incluyen momentos como la purificación, la iluminación, la noche oscura del alma y la unión con Dios. ¿Conocemos esta literatura? ¿Hemos estudiado con atención los consejos de los místicos? En una época hambrienta de experiencias directas de Dios, tales escritos son un tesoro de inestimable valor.

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