UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240331
Un diamante tiene muchas facetas,
cada una de las cuales produce colores y rayos imponentes. Es igual con la
resurrección de Jesús, que tiene muchas facetas pasmosas. Desde una
perspectiva, nos provee la seguridad de que esta vida difícil no es la única,
sino que hay una vida eterna que nos espera. Desde otra perspectiva, proclama
la renovación de nuestros cuerpos y de todo el cosmos. Es la reivindicación de
Jesús y de todos los inocentes que sufrieron la injusticia a manos de los
poderosos. Mirada desde otro punto de vista, es la revelación más profunda y
vivificante del amor eterno que Dios tiene para con nosotros. No importa cuál
de estas perspectivas tomemos, la resurrección siempre nos presentará una
belleza y un valor infinitamente más grandes que el diamante más precioso del
mundo.
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