Uno de los rasgos básicos de la fe cristiana, junto con la judía y la musulmana, es la afirmación de que Dios es personal. Aunque no es siempre claro lo que quiere decir "persona", y los pensadores han gastado mucho tiempo intentando formular una definición de ella, estas religiones afirman que Dios no es una fuerza física, como la gravedad o la electricidad, ni siquiera una cosa, como una flama o un viento, sino una persona con una autoconciencia, inteligencia, y voluntad. Porque él es personal, podemos hablar con él (no se habla con una cosa) y podemos tener una relación íntima con él (no se tiene relaciones íntimas con fuerzas físicas). Sin embargo, todavía se exhibe el peligro, entre algunos, de hablar de Dios, especialmente el Espíritu, como un "poder superior" o algo parecido. ¡Cuidado con nuestro Dios!
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