Remar Mar Adentro
Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
martes, 30 de diciembre de 2025
LA EPIFANÍA DEL SEÑOR Domingo 4 de Enero de 2026
ANTÍFONA DE ENTRADA
Miren que ya viene el Señor todopoderoso; en su mano están el reino, la
potestad y el imperio.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones,
guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que
lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías: 60, 1-6
Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la
gloria del Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y
espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en
ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al
resplandor de tu aurora. Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y
vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará, y se
ensanchará, cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las
riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios,
procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y
oro y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios. R. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 71
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de
reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo
justamente. R.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De
mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R.
Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él
se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo;
se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R.
SEGUNDA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3. 5-6
Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que
se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este
designio secreto, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos,
pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y
profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos
de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma
promesa en Jesucristo. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
Hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido a adorar al Señor.
R.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de
oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los
judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a
adorarlo”. Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén
con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y
les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén
de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no
eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti
saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”. Entonces Herodes
llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les
había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a
averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme
para que yo también vaya a adorarlo”. Después de oír al rey, los magos se
pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a
guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo
la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al
niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus
cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el
sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACIÓN UNIVERSAL
Sacerdote: Presentemos, hermanos, nuestras oraciones al Señor en este
día santo en que Dios ha manifestado su poder a las naciones, la salvación a
los pueblos y a nosotros la luz radiante de su gloria. Oremos diciendo:
TODOS: Por tu encarnación escúchanos, Señor.
1. Por la santa Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres con la
luz de Cristo y dé ánimo a todos los fieles, para que hagan brillar la luz del
Evangelio ante todas las naciones. Roguemos al Señor.
2. Por las Iglesias que acaban de nacer en los diversos pueblos, para
que su juventud y vigor sean levadura de vida para todas las comunidades
cristianas. Roguemos al Señor.
3. Por los pueblos que aún no han sido iluminados por el Evangelio y
por aquellos que, habiendo conocido a Cristo han abandonado el camino de la
verdad, confiesen a Cristo como Señor y lo adoren como Dios verdadero. Roguemos
al Señor.
4. Por todos nosotros, que hemos sido llamados por Cristo, para que nos
afiancemos en la fe verdadera y sigamos con fidelidad las enseñanzas del
Evangelio.
Roguemos al Señor
Escucha nuestras oraciones, Dios todopoderoso y eterno, y haz que los
que hemos conocido a tu Hijo, Rey y Señor de todos los pueblos, nos esforcemos
por vivir e iluminas con la luz de Cristo a todos los pueblos y naciones. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Amén
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en
oro, incienso y mirra, sino en lo que por esos dones se representa, se inmola y
se recibe como alimento, Jesucristo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
PREFACIO DE LA EPIFANÍA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque hoy has revelado en Cristo, el misterio de nuestra salvación,
para iluminar con su luz a todos los pueblos; ya que, al manifestarse él en
nuestra carne mortal, nos has restaurado con la nueva gloria de su
inmortalidad. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y
dominaciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de
tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos con regalos a adorar al
Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que tu luz celestial siempre y en todas partes vaya
guiándonos, para que contemplemos con ojos puros y recibamos con amor sincero
el misterio del que quisiste hacernos partícipes. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
UNA REFLEXÍÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20260104
Por más que las sombras parezcan cada vez más densas y las malas
noticias nos abrumen, no conviene perder de vista las pequeñas y grandes
señales luminosas que Dios nos sigue entregando. Jesús se manifiesta en la
historia de familias hospitalarias que acogen a hombres y mujeres de buena
voluntad que llaman a su puerta. La epifanía no es leyenda, ni relato de
ficción; tampoco es un suceso añejo encapsulado en la pequeña aldea llamada
Belén. El Verbo de Dios se ha metido en la historia humana para vivificarla y
dinamizarla. Donde dos o más viven alguna experiencia del amor y la gratuidad
divina, continúa vivo el misterio de la Epifanía. El Espíritu de Jesús alienta
procesos de transformación personal que no documentan reporteros ni redes
sociales, pero que van deletreando gustosamente los hombres y mujeres abiertos
al misterio de Dios.
RAÍCES DE NUESTRA FE 4 de enero 2026
Características de los Padres de la Iglesia. La mayoría de los
estudiosos distinguen cuatro notas para determinar a quién se le puede atribuir
este título. Antigüedad: la era de los Padres se concluye, en Occidente, con la
muerte de san Isidoro de Sevilla (636), en Oriente con la muerte de san Juan
Damasceno (750). Entre más antiguo sea un Padre más cerca estuvo de la
convivencia con los Apóstoles o con quienes fueron sus discípulos o con los
primeros cristianos. La antigüedad es testimonio del predominio de una creencia
en el cuerpo doctrinal. Si un Padre antiguo menciona algún escrito o a un autor
no se duda de su autenticidad. Santidad de vida: como maestros que fueron, es
necesario que los Padres presenten en alto grado las virtudes cristianas, no
sólo predicadas, sino vividas; esta nota constituye una garantía de la
ortodoxia misma. No es necesario el título de santo, pero sí la fama de
santidad. Ortodoxia (pureza) de la doctrina: como custodios de la tradición
recibida de sus mayores, deben transmitirla inalterada a las generaciones
futuras. Se excluye a los escritores abiertamente heréticos, cismáticos y a
aquellos cuyas obras contienen graves y sistemáticos errores. Aprobación de la
Iglesia: sólo la Iglesia, así como pudo definir el canon de las Escrituras,
también puede determinar los testigos auténticos de la Tradición. Es la
aprobación por parte del Magisterio de la Iglesia a quien Jesús le prometió su
asistencia perenne. No es necesaria la aprobación explícita, basta la
implícita, como podría ocurrir, por ejemplo, en la cita de un escrito de un
Padre hecha por uno de los 21 Concilios ecuménicos.
lunes, 29 de diciembre de 2025
Evangelio del 30 de diciembre 2025 Lucas 2, 36-40
En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. (Cuando José y María entraban en el templo para la presentación del niño), se acercó Ana, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel. Una vez que José y María cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él.
Reflexión
El pasaje de Lucas 2:36-40 nos ofrece una poderosa lección sobre la
fidelidad, la paciencia y el propósito de la vida en la vejez. Aquí te comparto
una breve
Reflexión:
1. La fidelidad en la espera
Ana es el ejemplo de una vida dedicada por completo a Dios. A pesar de
haber enviudado joven y haber vivido décadas en soledad, no se dejó vencer por
la amargura. Su refugio fue el Templo, y su motor, la oración. Nos enseña que
el tiempo de espera no es tiempo perdido si se vive en presencia de Dios.
2. El encuentro con la Luz
Ana "se presentó en aquella misma hora". No fue coincidencia;
fue la recompensa a una vida de sintonía espiritual. Al ver al Niño, su
reacción inmediata fue la gratitud y el testimonio. Ella nos recuerda que,
cuando encontramos a Jesús, es imposible callar; la alegría del Evangelio nos
impulsa a compartirlo con los demás.
3. La santidad de lo cotidiano
El texto termina mencionando que Jesús crecía en sabiduría y gracia.
Esto nos muestra que la divinidad de Jesús se manifestó en una vida humana
normal: en una familia que cumple sus promesas y en un niño que aprende y se
fortalece. La gracia de Dios no nos saca de nuestra realidad, sino que la
transforma desde dentro.
Reflexión final: Ana nos invita a preguntarnos: ¿En qué ocupamos
nuestra espera? Ella nos inspira a ser personas de esperanza que, incluso en la
vejez o la dificultad, mantienen encendida la llama de la fe para reconocer a
Dios en lo pequeño.
SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS Jueves 1 de Enero de 2026
ANTÍFONA DE ENTRADA
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey, que
gobierna el cielo y la tierra por los siglos de los siglos.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por la fecunda virginidad de María diste al género
humano el don de la salvación eterna, concédenos sentir la intercesión de
aquella por quien recibimos al autor de la vida, Jesucristo, tu Hijo, Señor
nuestro. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos. Amén.
PRIMERA LECTURA
Del libro de los Números: 6, 22-27
En aquel tiempo, el Señor habló a Moisés y le dijo: “Di a Aarón y a sus
hijos: ‘De esta manera bendecirán a los israelitas: El Señor te bendiga y te
proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor. Que el
Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz’. Así invocarán mi nombre
sobre los israelitas y yo los bendeciré”. Palabra de Dios. R. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 66
R. Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a
nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen
todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R.
SEGUNDA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 4, 4-7
Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo,
nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo
la ley, a fin de hacernos hijos suyos. Puesto que ya son ustedes hijos, Dios
envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama “¡Abbá!”, es decir,
¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también
heredero por voluntad de Dios. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a
nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, que son los
últimos, nos ha hablado por medio de su Hijo. R.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 16-21
En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y
encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después de
verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño, y cuantos los oían
quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las
meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y
glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les
había anunciado. Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron
el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño
fuera concebido. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACIÓN UNIVERSAL
Hermanos, al comenzar este nuevo año bajo la mirada amorosa de María,
presentemos al Padre nuestras esperanzas y necesidades, confiando en su
misericordia infinita.
Por la Iglesia y el Papa Francisco: Para que, a ejemplo de María, sepa
guardar y meditar la Palabra en el corazón, y sea en el mundo un signo vivo de
esperanza y acogida. Roguemos al Señor.
Por la paz en el mundo: En esta Jornada Mundial de la Paz, pedimos para
que cesen los conflictos, se silencien las armas y los gobernantes busquen con
sinceridad el bien común y la fraternidad universal. Roguemos al Señor.
Por las familias: Para que, bajo la protección de la Madre de Dios,
crezcan en amor, respeto y fe, y sean hogares donde se cultive la paciencia y
la alegría de compartir. Roguemos al Señor.
Por los que sufren: Por quienes comienzan el año en soledad, enfermedad
o pobreza, para que sientan la caricia de Dios a través de nuestra solidaridad
y compromiso cristiano. Roguemos al Señor.
Por nosotros aquí reunidos: Para que el año 2026 sea un tiempo de
gracia, donde sepamos reconocer la presencia de Jesús en los hermanos y vivamos
cada día con espíritu de servicio. Roguemos al Señor.
Oración final: Padre bondadoso, que por la maternidad virginal de María
diste a los hombres la salvación eterna, escucha nuestras súplicas y concédenos
caminar este año por sendas de justicia y paz. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, que das origen y plenitud a todo bien, concédenos que, al
celebrar, llenos de gozo, la solemnidad de la Santa Madre de Dios, así como nos
gloriamos de las primicias de su gracia, podamos gozar también de su plenitud.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
PREFACIO
Prefacio I de Santa María Virgen
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la Maternidad de santa
María, siempre virgen. Porque ella concibió a tu Hijo único por obra del
Espíritu Santo, y sin perder la gloria de su virginidad, hizo resplandecer
sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo, Señor nuestro. Por él, los ángeles y
los arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en
común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu
alabanza: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que estos sacramentos celestiales que hemos recibido con alegría
sean fuente de vida eterna para nosotros, que nos gloriamos de proclamar a la
siempre Virgen María como Madre de tu Hijo y Madre de la Iglesia. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.




