martes, 30 de diciembre de 2025

Reflexión 20260104


 

LA EPIFANÍA DEL SEÑOR Domingo 4 de Enero de 2026

 



ANTÍFONA DE ENTRADA

Miren que ya viene el Señor todopoderoso; en su mano están el reino, la potestad y el imperio.

 

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones, guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Isaías: 60, 1-6

 

Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora. Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará, y se ensanchará, cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 71

 

R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

 

Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R.

 

Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R.

 

Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R.

 

Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R.

 

SEGUNDA LECTURA

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3. 5-6

 

Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este designio secreto, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

 

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

R. Aleluya, aleluya.

 

Hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido a adorar al Señor. R.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12

 

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”. Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”. Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”. Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

PROFESIÓN DE FE

 

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

ORACIÓN UNIVERSAL

Sacerdote: Presentemos, hermanos, nuestras oraciones al Señor en este día santo en que Dios ha manifestado su poder a las naciones, la salvación a los pueblos y a nosotros la luz radiante de su gloria. Oremos diciendo:

TODOS: Por tu encarnación escúchanos, Señor.

1. Por la santa Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres con la luz de Cristo y dé ánimo a todos los fieles, para que hagan brillar la luz del Evangelio ante todas las naciones. Roguemos al Señor.

2. Por las Iglesias que acaban de nacer en los diversos pueblos, para que su juventud y vigor sean levadura de vida para todas las comunidades cristianas. Roguemos al Señor.

3. Por los pueblos que aún no han sido iluminados por el Evangelio y por aquellos que, habiendo conocido a Cristo han abandonado el camino de la verdad, confiesen a Cristo como Señor y lo adoren como Dios verdadero. Roguemos al Señor.

4. Por todos nosotros, que hemos sido llamados por Cristo, para que nos afiancemos en la fe verdadera y sigamos con fidelidad las enseñanzas del Evangelio.

Roguemos al Señor

Escucha nuestras oraciones, Dios todopoderoso y eterno, y haz que los que hemos conocido a tu Hijo, Rey y Señor de todos los pueblos, nos esforcemos por vivir e iluminas con la luz de Cristo a todos los pueblos y naciones. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad, Señor, los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en oro, incienso y mirra, sino en lo que por esos dones se representa, se inmola y se recibe como alimento, Jesucristo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

PREFACIO DE LA EPIFANÍA

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque hoy has revelado en Cristo, el misterio de nuestra salvación, para iluminar con su luz a todos los pueblos; ya que, al manifestarse él en nuestra carne mortal, nos has restaurado con la nueva gloria de su inmortalidad. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos con regalos a adorar al Señor.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Señor, que tu luz celestial siempre y en todas partes vaya guiándonos, para que contemplemos con ojos puros y recibamos con amor sincero el misterio del que quisiste hacernos partícipes. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

UNA REFLEXÍÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20260104

 

Por más que las sombras parezcan cada vez más densas y las malas noticias nos abrumen, no conviene perder de vista las pequeñas y grandes señales luminosas que Dios nos sigue entregando. Jesús se manifiesta en la historia de familias hospitalarias que acogen a hombres y mujeres de buena voluntad que llaman a su puerta. La epifanía no es leyenda, ni relato de ficción; tampoco es un suceso añejo encapsulado en la pequeña aldea llamada Belén. El Verbo de Dios se ha metido en la historia humana para vivificarla y dinamizarla. Donde dos o más viven alguna experiencia del amor y la gratuidad divina, continúa vivo el misterio de la Epifanía. El Espíritu de Jesús alienta procesos de transformación personal que no documentan reporteros ni redes sociales, pero que van deletreando gustosamente los hombres y mujeres abiertos al misterio de Dios.

RAÍCES DE NUESTRA FE 4 de enero 2026

 


Características de los Padres de la Iglesia. La mayoría de los estudiosos distinguen cuatro notas para determinar a quién se le puede atribuir este título. Antigüedad: la era de los Padres se concluye, en Occidente, con la muerte de san Isidoro de Sevilla (636), en Oriente con la muerte de san Juan Damasceno (750). Entre más antiguo sea un Padre más cerca estuvo de la convivencia con los Apóstoles o con quienes fueron sus discípulos o con los primeros cristianos. La antigüedad es testimonio del predominio de una creencia en el cuerpo doctrinal. Si un Padre antiguo menciona algún escrito o a un autor no se duda de su autenticidad. Santidad de vida: como maestros que fueron, es necesario que los Padres presenten en alto grado las virtudes cristianas, no sólo predicadas, sino vividas; esta nota constituye una garantía de la ortodoxia misma. No es necesario el título de santo, pero sí la fama de santidad. Ortodoxia (pureza) de la doctrina: como custodios de la tradición recibida de sus mayores, deben transmitirla inalterada a las generaciones futuras. Se excluye a los escritores abiertamente heréticos, cismáticos y a aquellos cuyas obras contienen graves y sistemáticos errores. Aprobación de la Iglesia: sólo la Iglesia, así como pudo definir el canon de las Escrituras, también puede determinar los testigos auténticos de la Tradición. Es la aprobación por parte del Magisterio de la Iglesia a quien Jesús le prometió su asistencia perenne. No es necesaria la aprobación explícita, basta la implícita, como podría ocurrir, por ejemplo, en la cita de un escrito de un Padre hecha por uno de los 21 Concilios ecuménicos.

 



lunes, 29 de diciembre de 2025

Evangelio del 30 de diciembre 2025 Lucas 2, 36-40

 


En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. (Cuando José y María entraban en el templo para la presentación del niño), se acercó Ana, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel. Una vez que José y María cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él.

Reflexión

El pasaje de Lucas 2:36-40 nos ofrece una poderosa lección sobre la fidelidad, la paciencia y el propósito de la vida en la vejez. Aquí te comparto una breve

 

Reflexión:

 

1. La fidelidad en la espera

Ana es el ejemplo de una vida dedicada por completo a Dios. A pesar de haber enviudado joven y haber vivido décadas en soledad, no se dejó vencer por la amargura. Su refugio fue el Templo, y su motor, la oración. Nos enseña que el tiempo de espera no es tiempo perdido si se vive en presencia de Dios.

2. El encuentro con la Luz

Ana "se presentó en aquella misma hora". No fue coincidencia; fue la recompensa a una vida de sintonía espiritual. Al ver al Niño, su reacción inmediata fue la gratitud y el testimonio. Ella nos recuerda que, cuando encontramos a Jesús, es imposible callar; la alegría del Evangelio nos impulsa a compartirlo con los demás.

3. La santidad de lo cotidiano

El texto termina mencionando que Jesús crecía en sabiduría y gracia. Esto nos muestra que la divinidad de Jesús se manifestó en una vida humana normal: en una familia que cumple sus promesas y en un niño que aprende y se fortalece. La gracia de Dios no nos saca de nuestra realidad, sino que la transforma desde dentro.

Reflexión final: Ana nos invita a preguntarnos: ¿En qué ocupamos nuestra espera? Ella nos inspira a ser personas de esperanza que, incluso en la vejez o la dificultad, mantienen encendida la llama de la fe para reconocer a Dios en lo pequeño.

Bendición 2026


 

SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS Jueves 1 de Enero de 2026

 


 

ANTÍFONA DE ENTRADA

Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey, que gobierna el cielo y la tierra por los siglos de los siglos.

 

GLORIA

 

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

ORACIÓN COLECTA

 

Señor Dios, que por la fecunda virginidad de María diste al género humano el don de la salvación eterna, concédenos sentir la intercesión de aquella por quien recibimos al autor de la vida, Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

PRIMERA LECTURA

 

Del libro de los Números: 6, 22-27

 

En aquel tiempo, el Señor habló a Moisés y le dijo: “Di a Aarón y a sus hijos: ‘De esta manera bendecirán a los israelitas: El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor. Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz’. Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré”. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 66

 

R. Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

 

Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R.

 

Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R.

 

Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R.

 

SEGUNDA LECTURA

 

De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 4, 4-7

 

Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos. Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama “¡Abbá!”, es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

R. Aleluya, aleluya.

 

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, que son los últimos, nos ha hablado por medio de su Hijo. R.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 16-21

 

En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño, y cuantos los oían quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado. Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

PROFESIÓN DE FE

 

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

 

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

ORACIÓN UNIVERSAL

 

Hermanos, al comenzar este nuevo año bajo la mirada amorosa de María, presentemos al Padre nuestras esperanzas y necesidades, confiando en su misericordia infinita.

 

Por la Iglesia y el Papa Francisco: Para que, a ejemplo de María, sepa guardar y meditar la Palabra en el corazón, y sea en el mundo un signo vivo de esperanza y acogida. Roguemos al Señor.

 

Por la paz en el mundo: En esta Jornada Mundial de la Paz, pedimos para que cesen los conflictos, se silencien las armas y los gobernantes busquen con sinceridad el bien común y la fraternidad universal. Roguemos al Señor.

 

Por las familias: Para que, bajo la protección de la Madre de Dios, crezcan en amor, respeto y fe, y sean hogares donde se cultive la paciencia y la alegría de compartir. Roguemos al Señor.

 

Por los que sufren: Por quienes comienzan el año en soledad, enfermedad o pobreza, para que sientan la caricia de Dios a través de nuestra solidaridad y compromiso cristiano. Roguemos al Señor.

 

Por nosotros aquí reunidos: Para que el año 2026 sea un tiempo de gracia, donde sepamos reconocer la presencia de Jesús en los hermanos y vivamos cada día con espíritu de servicio. Roguemos al Señor.

 

Oración final: Padre bondadoso, que por la maternidad virginal de María diste a los hombres la salvación eterna, escucha nuestras súplicas y concédenos caminar este año por sendas de justicia y paz. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

 

Señor Dios, que das origen y plenitud a todo bien, concédenos que, al celebrar, llenos de gozo, la solemnidad de la Santa Madre de Dios, así como nos gloriamos de las primicias de su gracia, podamos gozar también de su plenitud. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

PREFACIO

 

Prefacio I de Santa María Virgen

 

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la Maternidad de santa María, siempre virgen. Porque ella concibió a tu Hijo único por obra del Espíritu Santo, y sin perder la gloria de su virginidad, hizo resplandecer sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo, Señor nuestro. Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

 

Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

 

Señor, que estos sacramentos celestiales que hemos recibido con alegría sean fuente de vida eterna para nosotros, que nos gloriamos de proclamar a la siempre Virgen María como Madre de tu Hijo y Madre de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.