viernes, 19 de diciembre de 2025

Evangelio del 20 de diciembre 2025 Lucas 1, 26-38.

 


En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María. Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin". María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia.

 

Reflexión

 

El texto de Lucas 1, 26-38, que narra la Anunciación, es uno de los momentos más profundos y transformadores de la historia sagrada

El pasaje comienza con un saludo sorprendente: "Alégrate, llena de gracia". Dios no irrumpe con fuerza, sino con una propuesta. La respuesta de María ante el anuncio de que concebirá al Hijo de Dios nos enseña que, para Dios, "nada hay imposible". Es un recordatorio de que nuestra lógica humana a veces es limitada frente a los planes divinos.

Lo más conmovedor es la libertad de María. Ella pregunta, reflexiona y, finalmente, se entrega: "Hágase en mí según tu palabra". Este "Sí" no es una resignación pasiva, sino un acto de valentía pura. En un mundo lleno de dudas, María nos enseña que confiar en el propósito de Dios, aunque no comprendamos todo el camino, es lo que permite que la luz entre al mundo.

Este texto nos revela que Dios elige la sencillez de una joven en un pueblo pequeño (Nazaret) para hacerse hombre. Nos dice que la santidad y los grandes milagros no siempre ocurren en escenarios majestuosos, sino en el silencio del corazón de quienes están dispuestos a escuchar.

En este tiempo de Adviento, ¿qué respuesta le estamos dando a las llamadas de Dios en nuestra vida cotidiana? ¿Somos capaces de decir "hágase" ante los retos que nos pide el amor?

IV DOMINGO DE ADVIENTO Domingo 21 de diciembre 2025

 



ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 45, 8)

Cielos, destilen el rocío; nubes, lluevan la salvación; que la tierra se abra, y germine el Salvador.

 

No se dice Gloria

 

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Señor, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

PRIMERA LECTURA

[He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo.]

 

Del libro del profeta Isaías 7, 10-14

 

En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: “Pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de arriba, en lo alto”. Contestó Ajaz: “No la pediré. No tentaré al Señor”.

Entonces dijo Isaías: “Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros”.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

 

SALMO RESPONSORIAL del salmo 23

R. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.

 

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos.

R. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.

 

¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso.

R. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.

 

Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Esta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob.

R. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.

 

SEGUNDA LECTURA

[Jesucristo, nuestro Señor, Hijo de Dios, nació del linaje de David.]

 

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 1, 1-7

 

Yo, Pablo, siervo de Cristo Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio. Ese Evangelio, que, anunciado de antemano por los profetas en las Sagradas Escrituras, se refiere a su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que nació, en cuanto a su condición de hombre, del linaje de David, y en cuanto a su condición de espíritu santificador, se manifestó con todo su poder como Hijo de Dios, a partir de su resurrección de entre los muertos.

Por medio de Jesucristo, Dios me concedió la gracia del apostolado, a fin de llevar a los pueblos paganos a la aceptación de la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos, también se cuentan ustedes, llamados a pertenecer a Cristo Jesús.

A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a la santidad, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mt 1, 23)

R. Aleluya, aleluya.

 

He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.

 

R. Aleluya.

 

EVANGELIO

[Jesús nació de María, desposada con José, hijo de David.]

 

Del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24

 

R. Gloria a ti, Señor.

 

Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.

Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.

 

Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

PROFESIÓN DE FE

 

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

 

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

ORACIÓN UNIVERSAL

Sacerdote: Pidamos, hermanos, el auxilio del Señor, para que, apiadado del pobre y del oprimido, venga a salvar al mundo de sus males. Oremos diciendo:

TODOS: Manifiesta tu gloria, Señor.

1.         Para que todos los fieles nos dispongamos a recibir a Cristo como lo recibió María y como ella conservemos sus palabras en el corazón. Roguemos al Señor.

2.         Para que todos los que acudiremos a la iglesia en las próximas fiestas de Navidad descubramos la buena noticia del Evangelio, no como un rayo fugaz en la noche, sino como luz permanente que ilumina y alegra toda la vida. Roguemos al Señor.

3.         Para que las fiestas del nacimiento del Señor alejen de nosotros las tinieblas, dudas e incertidumbres y colmen los deseos de quienes se sienten descorazonados y tristes. Roguemos al Señor.

4.         Para que el nacimiento de Cristo nos ayude a renunciar a los deseos mundanos y a vivir sobria y honradamente esperando la aparición definitiva del Señor. Roguemos al Señor.

Intenciones de la Iglesia local.

Sacerdote: Señor Dios, escucha nuestras plegarias y haz que también nosotros sepamos acoger y engendrar espiritualmente a tu Verbo, escuchando tu palabra y obedeciendo a la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. TODOS: Amén.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que santifique, Señor, estos dones, colocados en tu altar, el mismo Espíritu Santo que fecundó con su poder el seno de la bienaventurada Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PREFACIO

María, nueva Eva                

En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Te alabamos, te bendecimos y te glorificamos por el misterio de la Virgen Madre. Porque, si del antiguo adversario nos vino la ruina, en el seno virginal de la hija de Sión ha germinado Aquel que nos nutre con el pan del cielo, y ha brotado para todo el género humano la salvación y la paz. La gracia que Eva nos arrebató nos ha sido devuelta en María. En ella, madre de todos los hombres, la maternidad, redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida nueva. Así, donde abundó el pecado, sobreabundó tu misericordia en Jesucristo, nuestro salvador. Por eso nosotros, anhelando su venida gloriosa, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Is 7, 14)

Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo recibido esta prenda de redención eterna, te rogamos, Dios todopoderoso, que, cuanto más se acerca el día de la festividad que nos trae la salvación, con tanto mayor fervor nos apresuremos a celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

20251221 UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20251221

 

Confesar a Jesucristo, hijo de María, hijo de José como el Hijo de Dios, ha sido una de las etapas decisivas del surgimiento de la fe cristiana. Afirmar que, en un israelita, verdadero hombre como nosotros, menos en el pecado, resplandece la gloria de Dios, significa afirmar que en esa persona existe algo más que la humanidad frágil y falible. El relato del nacimiento virginal de Jesús equivale a reconocer su origen divino. Jesús proviene de una familia de Galilea como bien sabemos, sin embargo, ese conocimiento no agota su misterio. Jesús ha vivido amándonos tan intensamente, que tal amor rebasa la estrechez de las capacidades humanas. Un amor tan profundo solo puede ser divino. Confesarnos creyentes en el Verbo Encarnado nos compromete por lo menos a revisar la profundidad y la amplitud de nuestro amor por los demás. Quien participe de la celebración de la Natividad de Jesús está llamado a amar a toda persona. La encarnación de Jesús nos exige respetar la humanidad de todas las personas.

RAÍCES DE NUESTRA FE 21 de diciembre 2025


 

¿Por qué recurrir a los Padres de la Iglesia? Apoyados en nuestro Magisterio podemos enumerar tres razones principales: 1) Los Padres son testigos privilegiados de la Tradición de la Iglesia. 2) Los Padres nos han transmitido un método teológico que es a la vez luminoso y seguro. 3) Los escritos de los Padres ofrecen una riqueza cultural y apostólica, que hace de ellos los grandes maestros de la Iglesia de ayer, de hoy y de siempre. El análisis de estas razones puede servirnos para entender el porqué de los escritos de estos autores constituyen un verdadero tesoro de la Iglesia; un tesoro cuyo conocimiento y lectura no debe quedar restringido a unos cuantos privilegiados, pues es patrimonio de todos los cristianos. Nuestra Iglesia tuvo un origen modesto: integrada por un grupo de temerosos pescadores que recuperaron la confianza en su Maestro al verlo resucitado y gracias al Espíritu Santo. En poco tiempo el Evangelio comenzó a ser predicado por todo el Imperio Romano. Con el pasar del tiempo las distancias geográficas entre los cristianos comenzaron a agrandarse y las diferencias entre ellos comenzaron a sentirse. En consecuencia, la unidad de la doctrina comenzaba a peligrar, por ello, también la unidad de la Iglesia estaba en peligro. Ante esta situación, las autoridades de la Iglesia comenzaron a resolver los problemas teológicos dándoles una interpretación acertada, basándose en las enseñanzas de los Apóstoles. Con esta finalidad fueron redactados escritos y enviados, por los pastores, a los cristianos de diferentes comunidades. Estos primeros autores que comenzaron a definir el cuerpo doctrinal del cristianismo y a usar conceptos filosóficos para hacerlo más comprensible fueron los Padres de la Iglesia.

 

jueves, 18 de diciembre de 2025

Evangelio 19 de diciembre 2025 Lucas 1, 5-25

 



Hubo en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad. Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación. Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo”. Pero Zacarías replicó: "¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de edad avanzada". El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo”. Mientras tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba de que tardara tanto en el santuario. Al salir no pudo hablar y en esto conocieron que había tenido una visión en el santuario. Entonces trató de hacerse entender por señas y permaneció mudo. Al terminar los días de su ministerio, volvió a su casa. Poco después concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se dejó ver, pues decía: "Esto es obra del Señor. Por fin se dignó quitar el oprobio que pesaba sobre mí".

Reflexión

Lucas nos presenta el anuncio del nacimiento de Juan el Bautista. Es una historia sobre la fidelidad de Dios y la fragilidad humana ante lo imposible.

Zacarías e Isabel son descritos como "justos ante Dios", pero cargaban con el estigma de la esterilidad y la vejez. Su historia nos enseña que llevar una vida íntegra no nos exime del sufrimiento o de los deseos no cumplidos, pero sí nos posiciona para reconocer la visita de Dios.

Zacarías duda del mensaje del ángel Gabriel y, como consecuencia, queda mudo. A veces, cuando nuestra lógica choca con la promesa de Dios, el cielo nos impone un "silencio forzoso". Este tiempo de mudez no fue un castigo vacío, sino un espacio para que Zacarías dejara de hablar desde su incredulidad y aprendiera a escuchar desde el corazón.

Lucas subraya que para Dios no hay situaciones muertas. Lo que para el mundo era una etapa cerrada (la vejez de Isabel), para Dios era el escenario perfecto para preparar el camino del Mesías.

 

Reflexión final

Zacarías entró al templo a cumplir un rito y salió con una promesa que cambiaría la historia. A veces, nuestras rutinas religiosas son el lugar donde Dios elige romper nuestra lógica.

Reflexión 20251221


 

miércoles, 17 de diciembre de 2025

Evangelio del 18 de diciembre 2025 Mateo 1, 18-24

 


Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados". Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.

 

Reflexión

 

El pasaje nos ofrece una profunda lección sobre la obediencia silenciosa y la confianza absoluta.

A diferencia de otros personajes bíblicos, no escuchamos una sola palabra de José, pero vemos sus acciones:

José se enfrenta a un dilema humano entre la ley y el amor. Su decisión inicial de "abandonarla en secreto" muestra a un hombre justo que no quiere condenar, sino proteger.

Al aceptar el mensaje del ángel en sueños, José rompe con sus propios planes para integrarse en el plan de Dios. Nos enseña que la fe a veces requiere soltar nuestras certezas para abrazar algo mucho más grande.

La respuesta de José al mensaje del ángel no es un discurso, es el hecho de despertar y "hacer lo que el ángel le había mandado".

José representa la fe que actúa. Nos invita a escuchar la voz de Dios en medio de nuestras dudas y a confiar en que, incluso en situaciones que no comprendemos, hay un propósito de salvación en marcha.