viernes, 26 de diciembre de 2025

Evangelio27 de diciembre 2025 Juan 20, 2-9



El primer día después del sábado, María Magdalena vino corriendo a la casa donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”. Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró. En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.

 

Reflexión

 

María Magdalena corre a avisar a los discípulos porque cree que "se han llevado al Señor". Su dolor inicial le impide ver la posibilidad de la Resurrección; solo ve un sepulcro vacío como un robo o una profanación.

Pedro y el "otro discípulo" (Juan) corren. Hay una urgencia espiritual. Juan llega primero, pero espera a Pedro por respeto, y luego ambos entran. Esta carrera simboliza la búsqueda activa de la verdad. No se quedan sentados esperando noticias; van al lugar de los hechos para encontrarse con la realidad.

"Vio y creyó". No vieron a Jesús resucitado todavía, solo vieron las vendas en el suelo y el sudario enrollado aparte. Fue el orden en el caos lo que les hizo comprender que no había sido un robo, sino un milagro.

La fe no siempre nace de la evidencia total, sino de saber leer los signos que Dios deja en nuestra vida cotidiana.

El sepulcro vacío no es una prueba de muerte, sino el escenario de la victoria. A veces, Dios permite "vacíos" en nuestra historia para que dejemos de buscar entre los muertos al que está vivo.

jueves, 25 de diciembre de 2025

Evangelio del 26 de diciembre 2025 Mateo 10, 17-22

 



En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los injurien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque, en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes. El hermano entregará a su hermano a la muerte y el padre, a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin se salvará".

 

Reflexión

 

El pasaje nos recuerda que seguir la verdad a menudo nos pone en conflicto con las estructuras del mundo (tribunales y sinagogas). Sin embargo, esa postura no es de derrota, sino de confianza absoluta.

Jesús dice: "No se preocupen por lo que van a decir... el Espíritu de su Padre hablará por ustedes".  No caminamos con nuestras propias fuerzas; en el momento de la prueba, recibimos la sabiduría necesaria.

"El que persevere hasta el fin, se salvará". Es una invitación a mantenernos firmes y fieles a nuestros valores, incluso cuando el entorno se vuelve hostil.

RAÍCES DE NUESTRA FE 20251228

 


Importancia del conocimiento de los Padres. ¿Por qué es tan importante conocer y profundizar los escritos de estos autores? Respondemos con un documento de la Iglesia: «Si quisiéramos resumir las razones que inducen a estudiar las obras de los Padres, podríamos decir que ellos fueron, después de los Apóstoles, como dijo justamente San Agustín, los sembradores, los regadores, los constructores, los pastores y los alimentadores de la Iglesia, que pudo crecer gracias a su acción vigilante e incansable. Para que la Iglesia continúe creciendo es indispensable conocer a fondo su doctrina y su obra, que se distingue por ser al mismo tiempo pastoral y teológica, catequética y cultural, espiritual y social en un modo excelente y, se puede decir, única con respecto a cuanto ha sucedido en otras épocas de la historia. Es justamente esta unidad orgánica de los varios aspectos de la vida y misión de la Iglesia lo que hace a los Padres tan actuales y fecundos incluso para nosotros» (Instrucción sobre los Padres de la Iglesia en la formación sacerdotal. 47). Sus escritos constituyen un tesoro, aún por descubrir por la mayoría de los cristianos. Los Padres, por su cercanía a los primeros tiempos, su testimonio goza de especial valor. Naturalmente, cuanto más antiguo sea un Padre, más autorizado y valioso será su testimonio, siempre que su doctrina resulte concorde con lo que Jesucristo reveló a la Iglesia, y su conducta haya estado en sintonía con esas enseñanzas. Habitualmente se considera que su época abarca los siete primeros siglos de la Era Cristiana.

LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ Domingo 28 de diciembre 2025


 



ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 2, 16)

Llegaron los pastores a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño recostado en un pesebre.

 

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que te dignaste dejarnos el más perfecto ejemplo en la Sagrada Familia de tu Hijo, concédenos benignamente que, imitando sus virtudes domésticas y los lazos de caridad que la unió, podamos gozar de la eterna recompensa en la alegría de tu casa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

PRIMERA LECTURA

[El que teme al Señor, honra a sus padres.]

 

Del libro del Eclesiástico (Sirácide) 3, 3-7. 14-17a

 

El Señor honra al padre en los hijos y respalda la autoridad de la madre sobre la prole. El que honra a su padre queda limpio de pecado; y acumula tesoros, el que respeta a su madre.

Quien honra a su padre, encontrará alegría en sus hijos y su oración será escuchada; el que enaltece a su padre, tendrá larga vida y el que obedece al Señor, es consuelo de su madre.

Hijo, cuida de tu padre en la vejez y en su vida no le causes tristeza; aunque se debilite su razón, ten paciencia con él y no lo menosprecies por estar tú en pleno vigor. El bien hecho al padre no quedará en el olvido y se tomará a cuenta de tus pecados.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL del salmo 127

R. Dichoso el que teme al Señor.

 

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien.

R. Dichoso el que teme al Señor.

 

Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa.

R. Dichoso el que teme al Señor.

 

Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: “Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida”.

R. Dichoso el que teme al Señor.

 

SEGUNDA LECTURA

[La vida en familia, de acuerdo con el Señor.]Juegos familiares

 

De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses 3, 12-21

 

Hermanos: Puesto que Dios los ha elegido a ustedes, los ha consagrado a él y les ha dado su amor, sean compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes.

Sopórtense mutuamente y perdónense cuando tengan quejas contra otro, como el Señor los ha perdonado a ustedes. Y sobre todas estas virtudes, tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión.

Que en sus corazones reine la paz de Cristo, esa paz a la que han sido llamados, como miembros de un solo cuerpo. Finalmente, sean agradecidos.

Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Enséñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan. Con el corazón lleno de gratitud, alaben a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales; y todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo.

Mujeres, respeten la autoridad de sus maridos, como lo quiere el Señor. Maridos, amen a sus esposas y no sean rudos con ellas. Hijos, obedezcan en todo a sus padres, porque eso es agradable al Señor. Padres, no exijan demasiado a sus hijos, para que no se depriman.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Col 3, 15. 16)

R. Aleluya, aleluya.

Que en sus corazones reine la paz de Cristo; que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza.

R. Aleluya.

 

EVANGELIO

[Toma al niño y a su madre y huye a Egipto.]

 

Del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-15. 19-23

 

R. Gloria a ti, Señor.

Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.

José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.

Después de muerto Herodes, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre y regresa a la tierra de Israel, porque ya murieron los que intentaban quitarle la vida al niño”.

Se levantó José, tomó al niño y a su madre y regresó a tierra de Israel. Pero, habiendo oído decir que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre, Herodes, tuvo miedo de ir allá, y advertido en sueños, se retiró a Galilea y se fue a vivir en una población llamada Nazaret. Así se cumplió lo que habían dicho los profetas: Se le llamará nazareno.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

PROFESIÓN DE FE

 

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

Oremos a Jesucristo, el Señor que, para santificar la familia, quiso compartir la vida de un hogar humano:

1. Para que el Señor –que quiso participar de la vida de familia en el hogar de María y José– mantenga en paz y armonía a todas las familias cristianas, roguemos al Señor.

2. Para que los novios sientan la presencia de Dios en la vivencia de su amor mutuo y se preparen santamente para su matrimonio, roguemos al Señor.

3. Para que Dios ilumine a las familias desunidas, a los esposos que han de vivir separados por causa del trabajo, a los hijos de los divorciados, a los hogares sin hijos, roguemos al Señor.

4. Para que nos esforcemos por vivir en paz y armonía con los miembros de nuestra comunidad, superando con caridad fraterna nuestras mutuas desavenencias, roguemos al Señor.

 

Señor Dios nuestro, que has querido que tu Hijo – engendrado antes de todos los siglos– fuera miembro de una familia humana, haz que los padres y madres de familia participen de la fecundidad de tu amor, y que sus hijos crezcan en sabiduría y gracia ante ti y ante los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de reconciliación, y te pedimos humildemente que, por la intercesión de la Virgen Madre de Dios y de san José, fortalezcas nuestras familias en tu gracia y en tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PREFACIO

Intercambio efectuado en la Encarnación del Verbo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Por él, hoy resplandece el maravilloso intercambio que nos salva, ya que al asumir tu Hijo nuestra fragilidad, no sólo quedó nuestra carne mortal honrada para siempre, sino que, por esta unión admirable, nos hizo también partícipes de su eternidad. Por eso, unidos a los coros angélicos, te alabamos gozosos, diciendo: Santo, Santo, Santo...

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Bar 3, 38)

Nuestro Dios apareció en el mundo y convivió con los hombres.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre misericordioso, haz que, reanimados con este sacramento celestial, imitemos constantemente los ejemplos de la Sagrada Familia, para que, superadas las aflicciones de esta vida, consigamos gozar eternamente de su compañía. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Reflexión 20251228


 

miércoles, 24 de diciembre de 2025

LA NATIVIDAD DEL SEÑOR Jueves 25 de diciembre 2025 MISA DEL DÍA

 


 

ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 9, 6)

Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre sus hombros el imperio y su nombre será Ángel del gran consejo.

 

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que de manera admirable creaste la naturaleza humana y, de modo aún más admirable, la restauraste, concédenos compartir la divinidad de aquel que se dignó compartir nuestra humanidad. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

PRIMERA LECTURA

[La tierra entera verá la salvación que viene de nuestro Dios.]

 

Del libro del profeta Isaías 52, 7-10

 

¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz, al mensajero que trae la buena nueva, que pregona la salvación, que dice a Sión: “Tu Dios es rey”!

Escucha: Tus centinelas alzan la voz y todos a una gritan alborozados, porque ven con sus propios ojos al Señor, que retorna a Sión.

Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén. Descubre el Señor su santo brazo a la vista de todas las naciones. Verá la tierra entera la salvación que viene de nuestro Dios.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL del salmo 97

R. Toda la tierra ha visto al Salvador.

 

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria.

R. Toda la tierra ha visto al Salvador.

 

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.

R. Toda la tierra ha visto al Salvador.

 

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor.

R. Toda la tierra ha visto al Salvador.

 

Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro rey.

R. Toda la tierra ha visto al Salvador.

 

SEGUNDA LECTURA

[Dios nos ha hablado por medio de su Hijo.]

 

De la carta a los hebreos 1, 1-6

 

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por medio del cual hizo el universo.

El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen fiel de su ser y el sostén de todas las cosas con su palabra poderosa. Él mismo, después de efectuar la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más excelso es el nombre que, como herencia, le corresponde.

Porque ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo Dios: Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el mundo a su primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

R. Aleluya, aleluya.

Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan naciones, y adoren al Señor, porque hoy ha descendido una gran luz sobre la tierra.

R. Aleluya.

 

EVANGELIO

[Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.]

Del santo Evangelio según san Juan 1, 1-18

R. Gloria a ti, Señor.

En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por él y sin él nada empezó de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.

[Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.]

Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.

Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios. Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.

Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando: “A éste me refería cuando dije: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’ “.

De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

PROFESIÓN DE FE

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

 

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

ORACIÓN UNIVERSAL

Sacerdote: En este Santo día en que el Señor da a conocer su salvación, adoremos al Emmanuel, Dios con nosotros, y pidamos por las necesidades de todos los hombres. Digamos todos:

«Niño Jesús, concédenos la alegría y la paz»

1 Por la Iglesia, que gozosa contempla en el Pesebre el misterio anunciado por los profetas, para que proclame hasta los confines de la tierra el Nacimiento del Salvador. Roguemos al Señor.

2 Por el papa León XIV, apóstol de la alegría, para que su palabra congregue, oriente y clarifique la respuesta de los creyentes a los planes de Dios. Roguemos al Señor.

3 Por todos los hombres del mundo, para que descubran en el Niño de Belén el Dios hecho hombre, luz para alumbrar a las naciones y se dejen iluminar por Él. Roguemos al Señor.

4 Por los pueblos que sufren violencia y opresión, para que se alegren porque ha llegado la redención con el Nacimiento del Mesías esperado por todos. Roguemos al Señor.

5 Por todos nosotros, reunidos hoy aquí para celebrar la Navidad, para que recibamos la Palabra que se hace carne y escuchándola de verdad, sepamos vivirla y trasmitirla a los demás.  Roguemos al Señor.

Sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, escucha nuestra oración y haz que, al vernos envueltos en la luz nueva de tu Palabra hecha carne, hagamos resplandecer en nuestras obras, la fe que hoy profesamos en la encarnación de tu Hijo, que vive y reina, por los siglos de los siglos. Amén.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que sea aceptable ante ti, Señor, la oblación de la presente solemnidad, por la que llegó a nosotros tu benevolencia para nuestra perfecta reconciliación y nos fue concedido participar en plenitud del culto divino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PREFACIO

Cristo es luz

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque gracias al misterio de tu Palabra hecha carne, la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor, para que, conociendo a Dios visiblemente, por él seamos impulsados al amor de lo invisible. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 97, 3)

Los confines de la tierra han contemplado la salvación que nos viene de Dios.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Dios misericordioso, que el Salvador del mundo, que hoy nos ha nacido, puesto que es el autor de nuestro nacimiento a la vida, también nos haga partícipes de su inmortalidad. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

martes, 23 de diciembre de 2025

Evangelio del 24 de diciembre 2025 Lucas 1, 67-79

 



En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y ha hecho surgir en favor nuestro un poderoso salvador en la casa de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por boca de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a nuestros padres y acordarse de su santa alianza. El Señor juró a nuestro padre Abraham concedernos que, libres ya de nuestros enemigos, lo sirvamos sin temor, en santidad y justicia delante de él, todos nuestros días de nuestra vida. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos y a anunciar a su pueblo la salvación, mediante el perdón de los pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz".

 

Reflexión

 

El pasaje de Lucas 1, 67-79, conocido como el Benedictus, es el canto de júbilo de Zacarías tras recuperar el habla. Es una pieza profunda que conecta el pasado de las promesas bíblicas con el presente de la salvación.

 

La Fidelidad de Dios a su Promesa

Zacarías reconoce que Dios no se ha olvidado de su pueblo. Al mencionar la "casa de David" y la "alianza con Abraham", el texto resalta que Dios es fiel a su palabra a través de los siglos. No es una intervención improvisada, sino el cumplimiento de un plan de amor diseñado desde antiguo para rescatar al ser humano.

 

El Propósito de la Libertad: Servir sin Temor

Un punto clave del texto es el motivo de la liberación. Dios nos rescata de "nuestros enemigos" no solo para darnos tranquilidad, sino para que podamos "servirle con santidad y justicia". La verdadera libertad que propone el Evangelio es la capacidad de vivir una vida con sentido, dedicada al bien y en presencia de Dios, libres de las cadenas del miedo.

 

La Aurora que nos Visita

El cierre del cántico es una de las imágenes más bellas de la Biblia: el "sol que nace de lo alto". Esta luz no es física, sino espiritual, y tiene dos misiones concretas:

Iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte (esperanza).

Guiar nuestros pasos por el camino de la paz (dirección).

 

El texto nos invita a preguntarnos: ¿En qué áreas de mi vida necesito que esa "Luz de lo alto" brille hoy? Zacarías pasó de la mudez por la duda a la profecía por la fe; es un recordatorio de que, cuando abrimos el corazón a la acción de Dios, nuestra voz se convierte en un canto de esperanza para los demás.