jueves, 6 de noviembre de 2025

Evangelio del 7 de noviembre 2025 Lucas 16, 1-8

 


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Había una vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: "¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás administrador". Entonces el administrador se puso a pensar: "¿Qué voy a hacer ahora que me quiten el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan”. Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: "¿Cuánto le debes a mi amo?" El hombre respondió: Cien barriles de aceite". El administrador le dijo: "Toma tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta". Luego preguntó al siguiente: "Y tú, ¿Cuánto debes?" Este respondió: "Cien sacos de trigo". El administrador le dijo: "Toma tu recibo y haz otro por ochenta”. El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz".

 

Comentario

 

En la parábola del administrador infiel (o astuto) Jesús primera vista, parece alabar una conducta deshonesta, pero el mensaje central no es la alabanza a la injusticia, sino un llamado a la sagacidad y previsión en la vida espiritual.

Jesús anima a sus seguidores, que son los "hijos de la luz", a aplicar una diligencia, seriedad, y previsión similar (o incluso mayor) a la que usan "los hijos de este mundo" para asegurar bienes materiales o favores temporales. Si los mundanos son tan listos para asegurar un futuro terrenal, ¡Cuánto más deben ser los creyentes para asegurar su destino eterno!

La parábola es un llamado a la acción inmediata: usa lo que tienes (dinero, tiempo, talentos, oportunidades) con la misma resolución e ingenio que el administrador infiel, pero con el objetivo de construir tu futuro en el Reino de Dios, es decir, a través de la caridad y la justicia.

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