ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Is 30, 19. 30)
Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a todas las
naciones y dejará oír la majestad de su voz para alegría de tu corazón.
No se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, haz que ninguna ocupación terrena
sirva de obstáculo a quienes van presurosos al encuentro de tu Hijo, antes
bien, que el aprendizaje de la sabiduría celestial nos lleve a gozar de su
presencia. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Les hará justicia a los pobres.]
Del libro del profeta Isaías 11, 1-10
En aquel día brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago
florecerá de su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor, espíritu de
sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de piedad y
temor de Dios.
No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá con
justicia al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre; herirá al
violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará al impío.
Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará su cintura.
Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito los apacentará. La vaca
pastará con la osa y sus crías vivirán juntas. El león comerá paja con el buey.
El niño jugará sobre el agujero de la víbora; la creatura meterá la
mano en el escondrijo de la serpiente. No hará daño ni estrago por todo mi
monte santo, porque así como las aguas colman el mar, así está lleno el país de
la ciencia del Señor.
Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera de los pueblos, la
buscarán todas las naciones y será gloriosa su morada.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 71
R. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de
reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo
justamente.
R. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De
mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra.
R. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo;
se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado.
R. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Que bendigan al Señor eternamente y tanto como el sol, viva su nombre.
Que sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso las naciones.
R. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
SEGUNDA LECTURA
[Cristo salvó a todos los hombres.]
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 15, 4-9
Hermanos: Todo lo que en el pasado ha sido escrito en los libros
santos, se escribió para instrucción nuestra, a fin de que, por la paciencia y
el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda a ustedes
vivir en perfecta armonía unos con otros, conforme al espíritu de Cristo Jesús,
para que, con un solo corazón y una sola voz alaben a Dios, Padre de nuestro
Señor Jesucristo.
Por lo tanto, acójanse los unos a los otros como Cristo los acogió a
ustedes, para gloria de Dios. Quiero decir con esto, que Cristo se puso al
servicio del pueblo judío, para demostrar la fidelidad de Dios, cumpliendo las
promesas hechas a los patriarcas y que por su misericordia los paganos alaban a
Dios, según aquello que dice la Escritura: Por eso te alabaré y cantaré himnos
a tu nombre.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Lc 3, 4. 6)
R. Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los
hombres verán la salvación de Dios.
R. Aleluya.
EVANGELIO
[Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos está cerca.]
Del santo Evangelio según san Mateo 3, 1-12
R. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, comenzó Juan el Bautista a predicar en el desierto de
Judea, diciendo: “Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos está cerca”.
Juan es aquel de quien el profeta Isaías hablaba, cuando dijo: Una voz clama en
el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.
Juan usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de
cuero, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Acudían a oírlo los
habitantes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región cercana al Jordán;
confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río.
Al ver que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les
dijo: “Raza de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán escapar al castigo que
les aguarda? Hagan ver con obras su arrepentimiento y no se hagan ilusiones
pensando que tienen por padre a Abraham, porque yo les aseguro que hasta de
estas piedras puede Dios sacar hijos de Abraham. Ya el hacha está puesta a la
raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto, será cortado y arrojado al
fuego.
Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han arrepentido;
pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo, y yo ni siquiera soy
digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y su
fuego. Él tiene el bieldo en su mano para separar el trigo de la paja. Guardará
el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACIÓN UNIVERSAL
Sacerdote: Salgamos al encuentro del Señor, que se acerca a nosotros
con designios de paz, y presentémosle confiados nuestra plegaria. Oremos
diciendo:
TODOS: Ven, Señor, y quédate con nosotros.
1. Para que la Iglesia
viva alegre y, llena de esperanza, crea que el Señor está cerca de ella y
trabaje por hacerlo presente en medio de su pueblo. Roguemos al Señor.
2. Para que nuestro
tiempo, con la ayuda de Dios y con nuestro esfuerzo, goce de seguridad, de
alegría y de paz. Roguemos al Señor.
3. Para que el Señor, con
su venida, conforte los corazones abatidos y fortalezca las rodillas que se
doblan, a fin de que también sean testigos del amor de Dios. Roguemos al Señor.
4. Para que nuestra fe
crea firmemente en los dones que Dios nos promete y, ayudados por la gracia
divina, nos dispongamos a recibir los auxilios que Él nos envía. Roguemos al
Señor.
Sacerdote: Escucha, Dios todopoderoso y eterno, nuestras oraciones y
suscita en nosotros el deseo de una verdadera conversión, para que, renovados
por el Espíritu Santo, hagamos presente en toda relación humana aquella
justicia y aquella paz que la Encarnación de tu Hijo hizo florecer en nuestra
tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
TODOS: Amén.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y
puesto que no tenemos merecimientos en qué apoyarnos, socórranos el poderoso
auxilio de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
La doble espera de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro. A quien todos los profetas anunciaron y la
Virgen esperó con inefable amor de madre; Juan el Bautista anunció su próxima
venida y lo señaló después ya presente. Él mismo es quien nos concede ahora
prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para encontrarnos así
cuando llegue, velando en oración y cantando gozosos su alabanza. Por eso, con
los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones y con todos los
coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Bar 5, 5; 4, 36)
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría
que te viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos, Señor,
que, por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes a valorar
sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

No hay comentarios:
Publicar un comentario