lunes, 10 de noviembre de 2025

Evangelio del 10 de noviembre 2025 Lucas 17, 1-6


 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No es posible evitar que existan ocasiones de pecado, pero ¡ay de aquel que las provoca! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión de pecado para la gente sencilla. Tengan, pues, cuidado. Si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si te ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo”. Los apóstoles dijeron entonces al Señor: "Auméntanos la fe". El Señor les contestó: "Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a ese árbol frondoso: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', y los obedecería".

Comentario

Jesús nos advierte que el mal y la tentación serán una realidad constante en el mundo. Advertencia Severa: El foco principal no está en la inevitabilidad de los escándalos, sino en la responsabilidad del que los causa. La imagen de ser arrojado al mar con una piedra de molino atada al cuello es una hipérbole terrible que subraya la gravedad de hacer que "uno de estos pequeños" (los recién convertidos o los vulnerables) caiga en el pecado o pierda la fe. Un "escándalo" o "tropiezo" es cualquier acto, palabra o circunstancia que lleva a otro a pecar o a alejarse de Dios. Para Jesús, causar daño espiritual a un creyente, especialmente a uno nuevo o débil, es un delito gravísimo. Cuando loa apóstoles piden: "Auméntanos la fe". La respuesta de Jesús: Jesús no les da más fe, sino que les enseña sobre la calidad y el poder de la fe. No se trata de la cantidad, sino de la verdadera fe.

Reflexión

La exigencia del perdón ilimitado es la razón por la que los apóstoles piden fe. Jesús les enseña que la fe, incluso la más pequeña, es el medio divino que nos capacita para cumplir las demandas éticas de su reino que son inalcanzables solo con nuestra propia fuerza. La fe es lo que nos permite trascender nuestra naturaleza herida y perdonar como Dios perdona.

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