En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: "Lo que sucedió en
el tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del hombre: comían y
bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca;
entonces vino el diluvio y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucedió en el
tiempo de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y construían,
pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los
hizo perecer a todos. Pues lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se
manifieste. Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa,
que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia atrás.
Acuérdense de la mujer de Lot. Quien intente conservar su vida, la perderá; y
quien la pierda, la conservará. Yo les digo: aquella noche habrá dos en un
mismo lecho: uno será tomado y el otro abandonado; habrá dos mujeres moliendo
juntas: una será tomada y la otra abandonada”. Entonces, los discípulos le
dijeron: "¿Dónde sucederá eso, Señor?" Y él les respondió:
"Donde hay un cadáver, se juntan los buitres".
Comentario
Este pasaje de Lucas es una enseñanza poderosa ya menudo inquietante de Jesús sobre la venida del Hijo del Hombre (Su segunda venida).
El enfoque principal de este pasaje no es predecir un calendario
exacto, sino advertir sobre la actitud de la gente y la necesidad de estar
preparados y enfocados ante la inminente llegada del juicio de Dios.
El juicio de Dios viene de forma arrepentida e inesperada, en un
momento en que la mayoría de la gente está distraída por las preocupaciones y
placeres mundanos, sin prestar atención a las advertencias.
En el día del Señor, la prioridad absoluta debe ser la salvación. No
habrá tiempo para ataduras, nostalgia o apego a las posesiones materiales. La
fidelidad exige un corazón indiviso.
La venida del Señor será evidente y el juicio se manifestará allí donde la maldad esté lista para ser juzgada.
Conclusión
El mensaje de Lucas es un llamado a la vigilancia constante y a la prioridad radical. Mientras los días continúan "normales", el creyente debe vivir con la conciencia de que el tiempo es limitado, evitando la distracción de los placeres y lazos del mundo, y manteniendo un corazón listo y enfocado en seguir a Jesús.

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