DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO
CICLO A
Domingo 13 de agosto 2017
LAS DUDAS DE PEDRO
En el Evangelio de san Mateo
destaca la figura del pescador llamado Simón y apodado Pedro, con mucha más
amplitud que los demás. En algunas escenas queda realzada su figura y en otras,
emerge su fragilidad. Este relato pertenece a la segunda categoría. La escena
donde Jesús camina sobre las aguas del mar durante la madrugada, está ubicada
inmediatamente después del signo de los panes. La memoria de los apóstoles
estaba marcada por la fuerza del suceso, sin embargo, Pedro decide someter a
Jesús a prueba. El Señor Jesús utiliza una frase cargada de resonancias:
"soy yo"; estas dos palabras son una evocación del nombre divino que
Dios reveló a Moisés. En el libro de los Reyes, Elías también aparece como
beneficiario de una discreta manifestación del Señor. El profeta pasaba por un
momento de crisis y el Señor se le reveló a través de una brisa suave y no en
los eventos cósmicos extraordinarios.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 73, 20.
19. 22. 23
Acuérdate, Señor, de tu alianza;
no olvides por más tiempo la suerte de tus pobres. Levántate, Señor, a defender
tu causa; no olvides las voces de los que te buscan.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te
alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor
Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que
quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la
derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú
Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, a
quien, enseñados por el Espíritu Santo, invocamos con el nombre de Padre,
intensifica en nuestros corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para
que merezcamos entrar en posesión de la herencia que nos tienes prometida. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Quédate en el monte, porque el
Señor va a pasar.
Del primer libro de los Reyes:
19, 9. 11-13
Al llegar al monte de Dios, el
Horeb, el profeta Elías entró en una cueva y permaneció allí. El Señor le dijo:
"Sal de la cueva y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor
va a pasar".
Así lo hizo Elías, y al acercarse
el Señor, vino primero un viento huracanado, que partía las montañas y
resquebrajaba las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Se produjo
después un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Luego vino un
fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se escuchó el
murmullo de una brisa suave. Al oírlo, Elías se cubrió el rostro con el manto y
salió a la entrada de la cueva. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 84, 9ab-10. 11-12.13-14
R/. Muéstranos, Señor, tu
misericordia.
Escucharé las palabras del Señor,
palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la
gloria del Señor habitará en la tierra. R/.
La misericordia y la verdad se
encontraron, la justicia y la paz se besaron; la fidelidad brotó en la tierra y
la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su
bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al
Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.
SEGUNDA LECTURA
Hasta quisiera verme separado de
Cristo, si esto fuera para bien de mis hermanos.
De la carta del apóstol san Pablo
a los romanos: 9, 1-5
Hermanos: Les hablo con toda
verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me atestigua, con la luz del
Espíritu Santo, que tengo una infinita tristeza y un dolor incesante tortura mi
corazón.
Hasta aceptaría verme separado de
Cristo, si esto fuera para bien de mis hermanos, los de mi raza y de mi sangre,
los israelitas, a quienes pertenecen la adopción filial, la gloria, la alianza,
la ley, el culto y las promesas. Ellos son descendientes de los patriarcas; y
de su raza, según la carne, nació Cristo, el cual está por encima de todo y es
Dios bendito por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Sal 129, 5
R/. Aleluya, aleluya.
Confío en el Señor, mi alma
espera y confía en su palabra. R/.
EVANGELIO
Mándame ir a ti caminando sobre
el agua.
Del santo Evangelio según san
Mateo: 14, 22-33
En aquel tiempo, inmediatamente
después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos
subieran a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la
gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la
noche, estaba él solo allí.
Entre tanto, la barca iba ya muy
lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la
madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al
verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: "¡Es un fantasma!"
Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: "Tranquilícense y
no teman. Soy yo".
Entonces le dijo Pedro:
"Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua". Jesús
le contestó: "Ven". Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre
el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo,
comenzó a hundirse y gritó: "¡Sálvame, Señor!" Inmediatamente Jesús
le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: "Hombre de poca fe, ¿por qué
dudaste?"
En cuanto subieron a la barca, el
viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo:
"Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios". Palabra del Señor. Gloria a
ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre
antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios
verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien
todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del
cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo
hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y
subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con
gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el
Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que
con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, a nuestro Señor
Jesucristo, para que, acordándose de su promesa, escuche la oración de los que
nos hemos reunido en su nombre. Digamos: escúchanos, Señor. (R/. Escúchanos,
Señor.)
Por la paz que desciende del
cielo, por la unión de las Iglesias y por la salvación de nuestras almas,
roguemos al Señor.
Por los que trabajan por el bien
de los pobres, por los que ayudan a los ancianos y por los que cuidan a niños y
desvalidos, roguemos al Señor.
Por los que están abatidos o
sometidos a una prueba, por los que están en peligro, por el retorno de los
extraviados y por la libertad de los encarcelados, roguemos al Señor.
Por los que en este momento están
orando con nosotros, por los que han pedido nuestras oraciones y por el reposo
eterno de nuestros hermanos difuntos, roguemos al Señor.
Dios omnipotente y eterno, que
con tu poder do-minas la creación, escucha nuestras oraciones y haz que te
reconozcamos presente y activo en todos los acontecimientos de nuestra
historia, para que sepamos así afrontar las pruebas con serenidad y avancemos
confiados hacia la paz de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe benignamente, Señor, los
dones de tu Iglesia, y, al concederle en tu misericordia que te los pueda
ofrecer, haces al mismo tiempo que se conviertan en sacramento de nuestra
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Prefacio II para los Domingos en
Tiempo Ordinario
El Misterio de la salvación
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor
nuestro. Quien, compadecido del extravío de los hombres, quiso nacer de la
Virgen María; muriendo en la cruz, nos libró de la muerte eterna y,
resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y
con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo,
Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre
del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 147,
12. 14
Alaba, Jerusalén, al Señor,
porque te alimenta con lo mejor de su trigo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
La comunión de tus sacramentos
que hemos recibido, Señor, nos salven y nos confirmen en la luz de tu verdad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO
TIEMPO.- Elías y Pedro recibieron diversas manifestaciones de la presencia de
Dios. El profeta del Carmelo aprendió a encontrar la presencia de Dios en las
señales modestas de la naturaleza. La creación es lugar idóneo para advertir la
cercanía del Señor. Elías atravesaba por un momento adverso, pues la mayoría
del pueblo se había olvidado de Dios y se había entregado a los ídolos. Su
misión parecía un completo fracaso. El encuentro con Dios lo fortaleció para
retomar su misión profética. Por su parte Pedro, gracias al intento fallido de
caminar sobre el mar, comprendió que debía fortalecer su fe vacilante. Dios
continúa comunicándose con nosotros de diferentes maneras. La creación sometida
al maltrato de la cultura tecnocrática grita y se queja. Los creyentes sensatos
estamos urgidos de abrir el corazón y deletrear el llamado a respetar al Señor,
respetando la vida de sus creaturas.
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