DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A
Domingo 5 de noviembre 2017
LOS MALOS MAESTROS
La denuncia del profeta Malaquías va dirigida
directamente a los sacerdotes que realizaban una pésima interpretación de la
alianza; en vez de aprovecharla para promover la vida y la paz entre los hijos
de Israel, los sacerdotes denunciados por Malaquías, extraían interpretaciones
parciales para favorecer a los influyentes. En la severa denuncia que dirige el
Señor Jesús contra los escribas y fariseos, exhibe su búsqueda desmedida de
honor y reconocimiento público. Gustaban de recibir títulos que solamente
correspondían a Dios. Imponían obligaciones muy duras sobre la conciencia de
las personas, mientras que ellos, se desentendían de cumplirlas. Tales
dirigentes habían desfigurado la verdadera finalidad de su cargo, que no era
otra que servir ejemplarmente a sus hermanos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 37. 22-23
No me abandones, Señor, Dios mío, no te alejes de
mí. Ven de prisa a socorrerme, Señor mío, mi salvador.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, a cuya gracia se
debe el que tus fieles puedan servirte digna y laudablemente, concédenos
caminar sin tropiezos hacia los bienes que nos tienes prometidos. Por nuestro
Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Ustedes se apartaron del camino y han hecho
tropezar a muchos.
Del libro del profeta Malaquías: 1,14-2, 2.8-10
"Yo soy el rey soberano, dice el Señor de los
ejércitos; mi nombre es temible entre las naciones. Ahora les voy a dar a
ustedes, sacerdotes, estas advertencias: Si no me escuchan y si no se proponen
de corazón dar gloria a mi nombre, yo mandaré contra ustedes la
maldición".
Esto dice el Señor de los ejércitos: "Ustedes
se han apartado del camino, han hecho tropezar a muchos en la ley; han anulado
la alianza que hice con la tribu sacerdotal de Leví. Por eso yo los hago
despreciables y viles ante todo el pueblo, pues no han seguido mi camino y han
aplicado la ley con parcialidad".
¿Acaso no tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha
creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos traicionamos entre hermanos,
profanando así la alianza de nuestros padres? Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 130, 1. 2. 3.
R/. Señor, consérvame en tu paz.
Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos
soberbios; grandezas que superen mis alcances no pretendo. R/.
Estoy, Señor, por lo contrario, tranquilo y en
silencio, como niño recién amamantado en los brazos maternos. R/.
Que igual en el Señor esperen los hijos de Israel,
ahora y siempre. R/.
SEGUNDA LECTURA
Queríamos entregarles no sólo el Evangelio de Dios,
sino nuestra propia vida.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los
tesalonicenses: 2, 7-9.13
Hermanos: Cuando estuvimos entre ustedes, los
tratamos con la misma ternura con la que una madre estrecha en su regazo a sus
pequeños. Tan grande es nuestro afecto por ustedes, que hubiéramos querido
entregarles, no solamente el Evangelio de Dios, sino también nuestra propia
vida, porque han llegado a sernos sumamente queridos.
Sin duda, hermanos, ustedes se acuerdan de nuestros
esfuerzos y fatigas, pues, trabajando de día y de noche, a fin de no ser una
carga para nadie, les hemos predicado el Evangelio de Dios.
Ahora damos gracias a Dios continuamente, porque al
recibir ustedes la palabra que les hemos predicado, la aceptaron, no como
palabra humana, sino como lo que realmente es: palabra de Dios, que sigue
actuando en ustedes, los creyentes.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 23, 9. 10
R/. Aleluya, aleluya.
Su Maestro es uno solo, Cristo, y su Padre es uno
solo, el del cielo, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Los fariseos dicen una cosa y hacen otra.
Del santo Evangelio según san Mateo: 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a
sus discípulos: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y
fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque
dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y
los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los
quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente.
Ensanchan las filacterias y las franjas del manto;
les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor
en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los
llame 'maestros'.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen
'maestros', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A
ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es
sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes
es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el
que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un
sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras
oraciones y nos conceda el auxilio que necesitamos:
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre
y aumenta nuestra fe. R/. Escúchanos Padre, y aumenta nuestra fe.
Para que Dios derrame en su Iglesia el Espíritu de
piedad y fortaleza, que suscite numerosos y dignos ministros del altar y
testigos celosos y humildes del Evangelio, roguemos al Señor.
Para que Dios infunda en el corazón de los
gobernantes la voluntad de promover el bien de sus súbditos, a fin de que todos
puedan desarrollarse debidamente y reinen en el mundo la justicia y la
igualdad, roguemos al Señor.
Para que el Señor fortalezca a los moribundos que
luchan en su último combate, los libre de las tentaciones y no permita que
nosotros, al llegar la hora de abandonar este mundo, caigamos en manos del
enemigo, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda a nuestros familiares y
amigos el perdón de sus pecados, una vida próspera y el don de la caridad,
roguemos al Señor.
Escucha, Señor, nuestras oraciones y haz que
estemos siempre atentos a honrar tu nombre y acoger tu palabra como la única
que salva; que no nos limitemos a proclamar el Evangelio, sino que lo vivamos
también con nuestras obras, para ser así verdaderos discípulos de tu Hijo, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que este sacrificio sea para ti una ofrenda
pura, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
PREFACIO
Prefacio I
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor, a quien hiciste fundamento de
todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo
Dios, se anonadó a sí mismo y, por su sangre derramada en la cruz, puso en paz
todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación
eterna para cuantos creen en Él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y
con todos los coros celestiales cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 15, 11
Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás
de gozo en tu presencia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que aumente en nosotros la
acción de tu poder y que, alimentados con estos sacramentos celestiales, tu
favor nos disponga para alcanzar las promesas que contienen. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La intención de
este pasaje evangélico es ofrecer una propuesta alternativa ante los abusos de
poder. Si bien Jesús denuncia los fallos de los escribas y fariseos, no podemos
alegar que dichos abusos fueran exclusivos de ellos. Quien ejerza un cargo
público o un ministerio eclesial podrá corromperse en la medida que no esté
sujeto a una permanente rendición de cuentas. Tanto en las instituciones
públicas como en la comunidad eclesial, encontramos frecuentes situaciones de
abuso de autoridad, que permanecen impunes. La incongruencia y el maltrato
siempre resultan reprobables, pero lastiman en mayor medida la credibilidad de
la Iglesia cuando son realizados por ministros que predican los valores
evangélicos sin ocuparse de ponerlos en práctica. Jesús nos da una orientación
segura: antes que ministros, maestros o directores, estamos vinculados por el
lazo de la fraternidad.
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