viernes, 3 de noviembre de 2017

DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 5 de noviembre 2017



DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A
Domingo 5 de noviembre 2017

LOS MALOS MAESTROS


La denuncia del profeta Malaquías va dirigida directamente a los sacerdotes que realizaban una pésima interpretación de la alianza; en vez de aprovecharla para promover la vida y la paz entre los hijos de Israel, los sacerdotes denunciados por Malaquías, extraían interpretaciones parciales para favorecer a los influyentes. En la severa denuncia que dirige el Señor Jesús contra los escribas y fariseos, exhibe su búsqueda desmedida de honor y reconocimiento público. Gustaban de recibir títulos que solamente correspondían a Dios. Imponían obligaciones muy duras sobre la conciencia de las personas, mientras que ellos, se desentendían de cumplirlas. Tales dirigentes habían desfigurado la verdadera finalidad de su cargo, que no era otra que servir ejemplarmente a sus hermanos.


ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 37. 22-23

No me abandones, Señor, Dios mío, no te alejes de mí. Ven de prisa a socorrerme, Señor mío, mi salvador.


GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.


ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso, a cuya gracia se debe el que tus fieles puedan servirte digna y laudablemente, concédenos caminar sin tropiezos hacia los bienes que nos tienes prometidos. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Ustedes se apartaron del camino y han hecho tropezar a muchos.

Del libro del profeta Malaquías: 1,14-2, 2.8-10

"Yo soy el rey soberano, dice el Señor de los ejércitos; mi nombre es temible entre las naciones. Ahora les voy a dar a ustedes, sacerdotes, estas advertencias: Si no me escuchan y si no se proponen de corazón dar gloria a mi nombre, yo mandaré contra ustedes la maldición".
Esto dice el Señor de los ejércitos: "Ustedes se han apartado del camino, han hecho tropezar a muchos en la ley; han anulado la alianza que hice con la tribu sacerdotal de Leví. Por eso yo los hago despreciables y viles ante todo el pueblo, pues no han seguido mi camino y han aplicado la ley con parcialidad".
¿Acaso no tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos traicionamos entre hermanos, profanando así la alianza de nuestros padres? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 130, 1. 2. 3.

R/. Señor, consérvame en tu paz.

Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos soberbios; grandezas que superen mis alcances no pretendo. R/.

Estoy, Señor, por lo contrario, tranquilo y en silencio, como niño recién amamantado en los brazos maternos. R/.

Que igual en el Señor esperen los hijos de Israel, ahora y siempre. R/.


SEGUNDA LECTURA

Queríamos entregarles no sólo el Evangelio de Dios, sino nuestra propia vida.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 2, 7-9.13

Hermanos: Cuando estuvimos entre ustedes, los tratamos con la misma ternura con la que una madre estrecha en su regazo a sus pequeños. Tan grande es nuestro afecto por ustedes, que hubiéramos querido entregarles, no solamente el Evangelio de Dios, sino también nuestra propia vida, porque han llegado a sernos sumamente queridos.
Sin duda, hermanos, ustedes se acuerdan de nuestros esfuerzos y fatigas, pues, trabajando de día y de noche, a fin de no ser una carga para nadie, les hemos predicado el Evangelio de Dios.
Ahora damos gracias a Dios continuamente, porque al recibir ustedes la palabra que les hemos predicado, la aceptaron, no como palabra humana, sino como lo que realmente es: palabra de Dios, que sigue actuando en ustedes, los creyentes.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 23, 9. 10
R/. Aleluya, aleluya.

Su Maestro es uno solo, Cristo, y su Padre es uno solo, el del cielo, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Los fariseos dicen una cosa y hacen otra.

Del santo Evangelio según san Mateo: 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente.
Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame 'maestros'.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PROFESIÓN DE FE

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.


PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones y nos conceda el auxilio que necesitamos:
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre y aumenta nuestra fe. R/. Escúchanos Padre, y aumenta nuestra fe.

Para que Dios derrame en su Iglesia el Espíritu de piedad y fortaleza, que suscite numerosos y dignos ministros del altar y testigos celosos y humildes del Evangelio, roguemos al Señor.

Para que Dios infunda en el corazón de los gobernantes la voluntad de promover el bien de sus súbditos, a fin de que todos puedan desarrollarse debidamente y reinen en el mundo la justicia y la igualdad, roguemos al Señor.

Para que el Señor fortalezca a los moribundos que luchan en su último combate, los libre de las tentaciones y no permita que nosotros, al llegar la hora de abandonar este mundo, caigamos en manos del enemigo, roguemos al Señor.

Para que Dios conceda a nuestros familiares y amigos el perdón de sus pecados, una vida próspera y el don de la caridad, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras oraciones y haz que estemos siempre atentos a honrar tu nombre y acoger tu palabra como la única que salva; que no nos limitemos a proclamar el Evangelio, sino que lo vivamos también con nuestras obras, para ser así verdaderos discípulos de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que este sacrificio sea para ti una ofrenda pura, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO

Prefacio I

Restauración universal en Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor, a quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo y, por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en Él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 15, 11

Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Señor, que aumente en nosotros la acción de tu poder y que, alimentados con estos sacramentos celestiales, tu favor nos disponga para alcanzar las promesas que contienen. Por Jesucristo, nuestro Señor.


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La intención de este pasaje evangélico es ofrecer una propuesta alternativa ante los abusos de poder. Si bien Jesús denuncia los fallos de los escribas y fariseos, no podemos alegar que dichos abusos fueran exclusivos de ellos. Quien ejerza un cargo público o un ministerio eclesial podrá corromperse en la medida que no esté sujeto a una permanente rendición de cuentas. Tanto en las instituciones públicas como en la comunidad eclesial, encontramos frecuentes situaciones de abuso de autoridad, que permanecen impunes. La incongruencia y el maltrato siempre resultan reprobables, pero lastiman en mayor medida la credibilidad de la Iglesia cuando son realizados por ministros que predican los valores evangélicos sin ocuparse de ponerlos en práctica. Jesús nos da una orientación segura: antes que ministros, maestros o directores, estamos vinculados por el lazo de la fraternidad.

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