sábado, 25 de noviembre de 2017

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20171126



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 

En estos años en que los desajustes de la globalización y el sistema económico centrado en la ganancia, multiplican el número de los excluidos no podemos tomar vacaciones. Los cristianos no podemos fingir demencia ni "pasar de largo" como el sacerdote y el levita de la parábola. Quien haya comprendido la esencia de la espiritualidad cristiana, aprenderá a desarrollar una sensibilidad compasiva hacia los necesitados. Quien haya conocido la verdad sobre Jesús no se fastidiará al encontrarse con migrantes en los cruceros ni con desempleados que nos solicitan un apoyo solidario. En el corto plazo habrá que multiplicar en cada comunidad eclesial los centros de acogida que ofrezcan cobijo y alimento a los necesitados. En el mediano plazo, será necesario participar activamente como ciudadanos para exigir y construir políticas públicas que aseguren mínimos de bienestar y de oportunidades de trabajo digno para todos.

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