SOLEMNIDAD DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO
Domingo 26 de
noviembre 2017
EL CRITERIO DECISIVO
De pastores y ovejas nos habla Ezequiel y el evangelio de San Mateo. El
profeta predice que un pastor ejemplar, a la manera de David, se ocupará de
restablecer la suerte de las ovejas lastimadas por la prepotencia de las ovejas
gordas y fuertes. Dios no puede permanecer indiferente a la injusticia. Donde
uno de sus hijos sufra maltrato alguno, es él mismo, quien sufre y se conmueve.
Por eso mismo, el Señor Jesús establece como criterio decisivo para el juicio
final, la práctica de las obras de misericordia con los más necesitados. No
importa si esta acción se hace en nombre de Jesús o si se realiza sin apelar a
su nombre. Lo decisivo es que se viva el amor al prójimo, sea por esa o por
otra motivación. Ajustarse a los valores de Jesús de forma voluntaria o
inconsciente es lo decisivo. Quienes hemos hablado en demasía de Dios, tenemos
que preocuparnos. No son las palabras persuasivas, sino las acciones generosas
y eficaces en favor de los demás, lo que nos acredita delante del supremo juez,
Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA Ap 5, 12; 1, 6
Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir el poder y la riqueza,
la sabiduría, la fuerza y el honor. A Él la gloria y el imperio por los siglos
de los siglos.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundamentar todas las cosas en
tu Hijo muy amado, Rey del universo, concede, benigno, que toda la creación,
liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te alabe
eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos.
Del libro del profeta Ezequiel: 34, 11-12. 15-17
Esto dice el Señor Dios: "Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y
velaré por ellas. Así como un pastor vela por su rebaño cuando las ovejas se
encuentran dispersas, así velaré yo por mis ovejas e iré por ellas a todos los
lugares por donde se dispersaron un día de niebla y oscuridad.
Yo mismo apacentaré a mis ovejas, yo mismo las haré reposar, dice el
Señor Dios. Buscaré a la oveja perdida y haré volver a la descarriada; curaré a
la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda y fuerte, la cuidaré.
Yo las apacentaré con justicia.
En cuanto a ti, rebaño mío, he aquí que yo voy a juzgar entre oveja y
oveja, entre carneros y machos cabríos". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 22, 1-2a. 2b-3.5-6.
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace
reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges
la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y
viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.
SEGUNDA LECTURA
Cristo le entregará el Reino a su Padre para que Dios sea todo en todas
las cosas.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 15, 20-26.
28
Hermanos: Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los
muertos. Porque si por un hombre vino la muerte, también por un hombre vendrá
la resurrección de los muertos.
En efecto, así como en Adán todos mueren, así en Cristo todos volverán
a la vida; pero cada uno en su orden: primero Cristo, como primicia; después, a
la hora de su advenimiento, los que son de Cristo.
Enseguida será la consumación, cuando, después de haber aniquilado todos
los poderes del mal, Cristo entregue el Reino a su Padre. Porque él tiene que
reinar hasta que el Padre ponga bajo sus pies a todos sus enemigos. El último
de los enemigos en ser aniquilado, será la muerte. Al final, cuando todo se le
haya sometido, Cristo mismo se someterá al Padre, y así Dios será todo en todas
las cosas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mc 11, 9. 10
R/. Aleluya, aleluya.
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que
llega, el reino de nuestro padre David! R/.
EVANGELIO
Se sentará en su trono de gloria y apartará a los unos de los otros.
Del santo Evangelio según san Mateo: 25, 31-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando venga el
Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se
sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las
naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las
ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a
su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: 'Vengan, benditos de mi
Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del
mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de
beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y
me visitaron, encarcelado y fueron a verme'. Los justos le contestarán
entonces: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y
te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y
te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?'. Y el
rey les dirá: 'Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante
de mis hermanos, conmigo lo hicieron'.
Entonces dirá también a los de la izquierda: 'Apártense de mí,
malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque
estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber,
era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y
encarcelado y no me visitaron'.
Entonces ellos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o
sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?'. Y
él les replicará: 'Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de
aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo'. Entonces irán éstos
al castigo eterno y los justos a la vida eterna".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Dirijamos, llenos de confianza, nuestras súplicas a Cristo, supremo
Señor de la vida y de la muerte y rey de todas las creaturas del cielo y de la
tierra y digamos: Rey de la Gloria, escúchanos. (R/. Rey de la gloria,
escúchanos.)
Para que los pastores y fieles de la Iglesia se esfuercen con celo para
reconciliar al universo con Dios y en pacificar por la sangre de la cruz de
Jesucristo a todas las creaturas, roguemos al Señor.
Para que la semilla evangélica, escondida en las diversas religiones y
culturas, germine y se manifieste, y todos los hombres reconozcan con gozo que
Cristo es Señor, para gloria de Dios Padre, roguemos al Señor.
Para que quienes aún viven bajo el dominio de la ignorancia, el pecado
o el sufrimiento sean trasladados al reino de Cristo y encuentren el fin de sus
penas, roguemos al Señor.
Para que los que hoy celebramos la solemnidad de Cristo, Señor supremo
del universo, a quien están destinadas todas las cosas, participemos también un
día en la herencia del pueblo santo, en el reino de la luz, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que, para edificar tu reino en medio de los
cambios y dificultades de la historia, has constituido a tu Hijo rey único y pastor
universal de todos los hombres, escucha nuestras oraciones y afianza en
nosotros la certeza de que llegará el día en que, aniquilado el último enemigo,
la muerte, Cristo, tu Hijo, someterá a ti su reino, y tú lo serás todo para
todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al ofrecerte, Señor, el sacrificio de la reconciliación humana, te
suplicamos humildemente que tu Hijo conceda a todos los pueblos los dones de la
unidad y de la paz. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque has ungido con el óleo de la alegría, a tu Hijo único, nuestro
Señor Jesucristo, como Sacerdote eterno y Rey del universo, para que,
ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la
cruz, consumara el misterio de la redención humana; y, sometiendo a su poder la
creación entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal:
Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de
la justicia, del amor y de la paz.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros
celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 28, 10-11
En su trono reinará el Señor para siempre y le dará a su pueblo la
bendición de la paz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido, Señor, el alimento de vida eterna, te rogamos que
quienes nos gloriamos de obedecer los mandamientos de Jesucristo, Rey del
universo, podamos vivir eternamente con él en el reino de los cielos. Él, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
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