DOMINGO II DE PASCUA DE LA “DIVINA MISERICORDIA” Domingo 8 de abril 2018
LA COMUNIÓN DE VIDA Y LAS DUDAS DE TOMÁS
El libro de los Hechos nos presenta uno de los dos o tres relatos sobre
la nueva socialización que la fe en Jesús resucitado produjo en los discípulos.
Relativizan la propiedad y el ahorro para la vejez, relativizan las propias
opiniones y se abren decididamente a la red de cohesión y confianza mutua que
se genera a partir de la firme creencia en Jesús resucitado. La convicción
creyente de que Dios ha resucitado a su Hijo Jesús los hace abrirse a una nueva
forma de ver la vida. El viejo orden se está desmoronando, está naciendo un
mundo nuevo. Es la fe del converso tan poderosa que lo hace relativizar sus
tesoros y aprender a confiar en Dios y en sus hermanos. Tomás es el prototipo
del hombre escéptico, tan parecido a todos cuantos veneran única y
exclusivamente las evidencias empíricas. Cuando se encuentre con Jesús
resucitado aprenderá a ver la vida con otra mirada.
ANTÍFONA DE ENTRADA 1 P 2, 2
Como niños recién nacidos, anhelen una leche pura y espiritual que los
haga crecer hacia la salvación. Aleluya.
Gloria
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de este pueblo a ti
consagrado con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en
nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendamos mejor la
excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos
ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Tenían un solo corazón y una sola alma.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 32-35
La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola
alma; todo lo poseían en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía.
Con grandes muestras de poder, los apóstoles daban testimonio de la
resurrección del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre el
pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían terrenos o casas, los
vendían, llevaban el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles, y luego
se distribuía según lo que necesitaba cada uno. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117, 2-4. 16ab-18. 22-24
R/. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". Diga la
casa de Aarón: "Su misericordia es eterna". Digan los que temen al Señor:
"Su misericordia es eterna". R/.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro
orgullo. No moriré, continuare viviendo para contar lo que el Señor ha hecho.
Me castigó, me castigó el Señor; pero no me abandonó a la muerte. R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular.
Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Este es el día del
triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
SEGUNDA LECTURA
Todo el que ha nacido de Dios vence al mundo.
De la primera carta del apóstol san Juan: 5,1-6
Queridos hermanos: Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido
de Dios. Todo el que ama a un padre, ama también a los hijos de éste. Conocemos
que amamos a los hijos de Dios, en que amamos a Dios y cumplimos sus
mandamientos, pues el amor de Dios consiste en que cumplamos sus preceptos. Y
sus mandamientos no son pesados, porque todo el que ha nacido de Dios vence al
mundo. Y nuestra fe es la que nos ha dado la victoria sobre el mundo. Porque,
¿quién es el que vence al mundo? Sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios.
Jesucristo es el que se manifestó por medio del agua y de la sangre; él
vino, no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da
testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SECUENCIA
Opcional.
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
"¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?"
"A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua."
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R/. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto. Dichosos los que creen sin
haberme visto, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Ocho días después, se les apareció Jesús.
Del santo Evangelio según san Juan: 20,19-31
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas
de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se
presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con
ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los
discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.
De nuevo les dijo Jesús: "La paz esté con ustedes. Como el Padre
me ha enviado, así también los envío yo". Después de decir esto, sopló
sobre ellos y les dijo: "Reciban al Espíritu Santo. A los que les perdonen
los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les
quedarán sin perdonar".
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos
cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al
Señor". Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los
clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en
su costado, no creeré".
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y
Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les
dijo: "La paz esté con ustedes". Luego le dijo a Tomás: "Aquí
están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no
sigas dudando, sino cree". Tomás le respondió: "¡Señor mío y Dios
mío!". Jesús añadió: "Tú crees porque me has visto; dichosos los que
creen sin haber visto".
Otras muchas señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus
discípulos, pero no están escritas en este libro. Se escribieron éstas para que
ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo,
tengan vida en su nombre.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados
nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia
al Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que con su gloriosa resurrección, ha vencido la muerte y ha
destruido el pecado, pidámosle que todos los cristianos sean siempre fieles a
las promesas del bautismo que renovaron en la noche santa de Pascua. R/. Rey
vencedor, escúchanos.
A Cristo, que, con su santa resurrección, ha otorgado el perdón y la
paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la
vida conserven los dones que la misericordia del Padre les ha restituido. R/.
Rey vencedor, escúchanos.
Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha dado al mundo la vida
verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los que, por no creer
en su triunfo, viven sin esperanza. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo, que, con su santa resurrección, ha colmado de alegría a los
pueblos y los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros
corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran. R/.
Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, anunció la alegría a las
mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio de los
apóstoles al mundo entero, pidámosle por los que nos hemos reunido para
celebrar su triunfo. R/. Rey vencedor, escúchanos.
Dios nuestro, que en la Pascua de cada domingo nos haces revivir las
maravillas de la salvación, escucha la oración de tu pueblo y haz que siempre
sepamos reconocer a Cristo presente en la asamblea de los hermanos y que,
juntamente con ellos, demos testimonio de la resurrección inaugurada por
cristo, tu Hijo. Él, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo (y de los recién bautizados),
para que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos
la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE PASCUA
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca (en esta noche) (en este día)
(en este tiempo), en que Cristo, nuestra
Pascua, fue inmolado. Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del
mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida. Por
eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría
y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar
el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
ANTIFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 20, 27
Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los
clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, concédenos que la gracia recibida en este sacramento
pascual permanezca siempre en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 338 (602). Para
despedir al pueblo se canta o se dice Pueden ir en paz, aleluya, aleluya. A lo
cual se responde Demos gracias a Dios, aleluya. aleluya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario