sábado, 21 de abril de 2018

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20180422



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

Cuando arrecian las campañas electorales se disparan las guerras de lodo, se agiganta la contratación de fabricantes de imagen, que idealizan los perfiles y logros de candidatos. La ejemplaridad, la sencillez y la mesura brillan por su ausencia. Es una competencia que traspasa casi todos los límites: gastos desmedidos que resultan obscenos ante la cantidad de personas en situación de pobreza. Más insultante aún resulta, presentarse como alternativa de mejores valores éticos o demás eficaces políticas públicas, sin explicar cómo se logrará tal novedad. El ciudadano que se identifica con el Evangelio de Jesús no puede montarse en el tren de la simulación con el único propósito de conseguir poder político para entregar poder económico a sus aliados. Quien siga al pastor modelo, encuentra la ruta para diseñar o sumarse a iniciativas que beneficien a quienes realmente lo necesitan, sin fomentar dependencia, ni paternalismo.

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