sábado, 7 de abril de 2018

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20180408




UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

La fe cristiana es una decisión personal que no resulta sencilla de asumir en una sociedad enloquecida por el consumo y la autocomplacencia. Vivir de forma modesta parece incomprensible. Se juzga de perdedores y frustrados a quienes optan por una existencia modesta. Los cristianos de la primera comunidad hicieron algo extraordinario al renunciar efectivamente a sus propiedades. No fue una exigencia obligatoria. Ananías y Safira incurrieron en la simulación. Esteban se desprendió voluntariamente de cuanto tenía sin que nadie lo presionara. El ideal no era el reparto obligado de los bienes sino el amor eficaz que en su fase social se llama solidaridad. No se puede confesar a Jesús como Señor de todos y al Padre común, mientras se desinteresa uno de los millones de personas afectadas por terremotos en tantas zonas de México. El Padre común nos urge a construir iniciativas de solidaria compasión con los que sufren.

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