sábado, 28 de abril de 2018

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20180429



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

En una época en que muchas personas terminan volviéndose célebres y famosas por sus logros económicos, deportivos o de cualquier otro género, los cristianos recibimos en este Evangelio (Juan: 15, 1-8) un llamado a la responsabilidad y la modestia. El discurso sobre la verdadera vid no fomenta el protagonismo ni tampoco la pasividad. Es necesario reconocerse siembra y edificio del Padre. Él es quien hace crecer y fructificar su obra. De ahí que no caben ni actitudes de soberbia, protagonismo, ni culto a la personalidad. Quienes tienen conciencia de su condición de hijos regenerados por el amor del Padre, viven en actitud de humildad y sencillez. Las posturas principescas y mesiánicas solamente desfiguran el rostro de la Iglesia. Bien lo dice el discurso de la vid: es necesario permanecer con él para dar fruto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario