sábado, 16 de febrero de 2019

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20190217




El sentido profundo de las bienaventuranzas implica la confianza en Dios y la práctica del amor fraterno. El reinado de Dios que Jesús nos anuncia no se contrapone al compromiso generoso de los discípulos. Quienes hayan conocido la bondad de Dios en su vida, aprenderán el mensaje más valioso: Dios es un Padre bondadoso y fiel que siempre acompaña a sus hijos. Desde esa profunda convicción el discípulo aprenderá a reorientar sus relaciones consigo mismo, con los demás y con sus bienes materiales. Cada vez que un discípulo recuerda cuántos favores ha recibido de Dios, está siendo invitado a ser hospitalario y generoso con los emigrantes y los que carecen de empleo o seguridad social. En el rostro de las personas generosas se asoma la dicha del Reino de Dios que nos promete Jesús.

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