20190210 UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Las
tareas y urgencias se multiplican y disminuyen los voluntarios dispuestos a
colaborar, tanto en la iglesia como en la sociedad. Los apóstoles, activistas,
voluntarios, misioneros que se deciden a destinar su tiempo y energías al
servicio de un proyecto benéfico para los demás, no escuchan una orden
terminante de parte de Dios. Es un descubrimiento más discreto. La vocación al
servicio predicando la palabra de Dios, atendiendo a los enfermos, o limpiando
los mares de basura resulta de una doble toma de conciencia: se descubre por un
lado una urgente necesidad y se cae en la cuenta de que uno dispone de
habilidades y recursos para atender dicho problema. Quienes nos sabemos
llamados a servir por el bautismo, advertimos que esa doble toma de conciencia
es un llamado de Dios. Nuestra libre decisión es la que nos permitirá dar el
sí.
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