BENDITO QUIEN CONFÍA EN EL SEÑOR
Tanto el fragmento de Jeremías como el pasaje de
las bienaventuranzas revelan un pensamiento por contraste: ayes y bendiciones;
malditos y benditos; confiar en Dios, confiar en los hombres; risa y llanto,
hambre y satisfacción. Dos posturas y dos desenlaces contrastantes, que no parecen
dejar lugar al famoso término medio. Las bienaventuranzas son el anuncio
anticipado de una dicha plena que Dios reserva para personas que enfrentan un
presente duro y adverso. Cuando escasean las señales de un cambio positivo en
nuestra vida, podemos incurrir en la desesperación; aparece la tentación de
confiar solamente en las riquezas, el poder, las relaciones sociales. Las dos
actitudes están descritas, tanto la confianza de los bienaventurados, como el
escepticismo de los desgraciados. Dos caminos opuestos. La palabra de Jesús nos
amonesta a elegir de manera sensata.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 3-4
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza
salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten
piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que prometiste poner tu morada en los
corazones rectos y sinceros, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera que
te dignes habitar en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Maldito el que confía en el hombre. Bendito el que
confía en el Señor.
Del libro del profeta Jeremías: 17, 5-8
Esto dice el Señor: "Maldito el hombre que
confía en el hombre, que en él pone su fuerza y aparta del Señor su corazón.
Será como un cardo en la estepa, que nunca disfrutará de la lluvia. Vivirá en
la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhabitable.
Bendito el hombre que confía en el Señor y en él
pone su esperanza. Será como un árbol plantado junto al agua, que hunde en la
corriente sus raíces; cuando llegue el calor, no lo sentirá y sus hojas se
conservarán siempre verdes; en año de sequía no se marchitará ni dejará de dar
frutos". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 1, 1-2. 3. 4 y 6.
R/. Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía por mundanos
criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de
Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. R/.
Es como un árbol plantado junto al río, que da
fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R/.
En cambio los malvados serán como la paja barrida
por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus
caminos acaban por perderlo. R/.
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los
corintios: 15, 12. 16-20
Hermanos: Si hemos predicado que Cristo resucitó de
entre los muertos, ¿cómo es que algunos de ustedes andan diciendo que los
muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo
resucitó.
Y si Cristo no resucitó, es vana la fe de ustedes;
y por lo tanto, aún viven ustedes en pecado, y los que murieron en Cristo,
perecieron. Si nuestra esperanza en Cristo se redujera tan sólo a las cosas de
esta vida, seríamos los más infelices de todos los hombres. Pero no es así,
porque Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 6, 23
R/. Aleluya, aleluya.
Alégrense ese día y salten de gozo, porque su
recompensa será grande en el cielo, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 17. 20-26
En aquel tiempo, Jesús descendió del monte con sus
discípulos y sus apóstoles y se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha
gente, que había venido tanto de Judea y de Jerusalén, como de la costa de Tiro
y de Sidón.
Mirando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo:
"Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios.
Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos
ustedes los que lloran ahora, porque al fin reirán.
Dichosos serán ustedes cuando los hombres los
aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por
causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su
recompensa será grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los
profetas.
Pero, ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen
ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque después
tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena!
¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus
padres a los falsos profetas!".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén
PLEGARIA UNIVERSAL
Imploremos, hermanos, al Dios de la misericordia y
pidámosle su ayuda para poder invocar su nombre con sentimientos que le
agraden: (R/. Escúchanos, Señor.)
Por la paz de todo el Mundo, por la prosperidad de
las santas Iglesias y por la unión de todos los hombres, roguemos al Señor.
Por nuestros gobernantes, para que bajo su
dirección tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.
Por la conservación de la naturaleza, por la
abundancia de las cosechas y por el progreso del mundo, roguemos al Señor.
Por nuestros familiares y amigos que han muerto en
la esperanza de la resurrección, para que Dios les conceda el reposo eterno,
roguemos al Señor.
Dios nuestro, que derribas a los poderosos del
trono y a los humildes los colmas de bienes, escucha nuestras oraciones,
atiende el clamor de los pobres y delos oprimidos, que se eleva a ti desde
todas las regiones del mundo, rompe el yugo de la violencia y del egoísmo, que
nos hace enemigos unos de otros, y haz que acogiéndonos mutuamente como
hermanos, seamos signos de una humanidad nueva reunida y unificada en el amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta ofrenda, Señor, nos purifique y nos
renueve, y se convierta en causa de recompensa eterna para quienes cumplimos tu
voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio de la salvación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien,
compadecido del extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen María;
muriendo en la cruz, nos libró de la muerte eterna y, resucitando, nos dio vida
eterna. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros
celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo,
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna
en el cielo. Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 77, 29-30
El Señor colmó el deseo de su pueblo; no lo
defraudó. Comieron y quedaron satisfechos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados, Señor, por este manjar celestial, te
rogamos que nos hagas anhelar siempre este mismo sustento por el cual
verdaderamente vivimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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