sábado, 25 de abril de 2020

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20200425



El entusiasmo religioso que experimentaron los discípulos ante las numerosas señales que Jesús cumplió durante su ministerio galileo, modificó su comprensión acerca de la identidad del Maestro. Estaban ciertos que Jesús de Nazaret era un profeta poderoso en obras y palabras. Cuando ese profeta enviado por Dios terminó sus días aparentemente abandonado en la cruz, los discípulos quedaron sumidos en un profundo desconsuelo. Los discípulos lograron liberarse de esa crisis de sentido gracias a las generosas manifestaciones del Señor resucitado. La esperanza cristiana acerca de la resurrección de Cristo no es una cuestión teórica, sino una vivencia imprescindible en la vida de los discípulos. A partir de esa confianza, podremos fortalecer nuestro espíritu para enfrentar esta hora tan dolorosa que atraviesa nuestro país.

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