viernes, 17 de diciembre de 2021

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20211219

Los relatos bíblicos de Adviento y Navidad son tan familiares que podemos narrarlos de memoria. Conocemos cómo el anuncio del nacimiento de Jesús fue hecho a la Virgen María por el ángel Gabriel; cómo Zacarías se negó a creer que su esposa se embarazaría y se quedó mudo como un castigo; cómo reaccionó José cuando descubrió que la Virgen María esperaba a un hijo que no era suyo; y muchos otros. Nuestra familiaridad, sin embargo, no debe conducirnos a descuidar las lecturas de este tiempo. La Biblia tiene una infinidad de riquezas para nosotros. Como ha escrito el Concilio Vaticano II, "es tanta la eficacia que radica en la palabra de Dios, que es, en verdad, apoyo y vigor de la Iglesia, y fortaleza de la fe para sus hijos, alimento del alma, fuente pura y perenne de la vida espiritual" (Dei Verbum, n. 21).

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