jueves, 9 de diciembre de 2021

SAN JOSÉ, NUESTRO MODELO

 


Después de condenar a los malos pastores de Israel, tales como los reyes injustos y falsos profetas, el Señor, por boca del profeta Jeremías, anuncia que mandará un buen pastor, retoño de David, que será prudente y reinará con justicia, de hecho, se le llamará "el-Señor- nuestra-justicia". Él reunirá a las ovejas dispersas y lastimadas por los malos pastores, y las apacentará en sus campos. Sabemos que el Buen Pastor por excelencia, es Jesús, quien vino no sólo a cuidar a las ovejas, sino a dar su vida por ellas (cfr. Jn 10,11).

La larga serie de generaciones que leemos en Mt 1, 1-17, llega a su culmen con José, a través del cual Jesús será también "hijo de David". José y María ya están desposados, aunque todavía no viven juntos. Grande es la sorpresa de José cuando ve a su esposa embarazada, sin que el niño fuera hijo suyo. Esto lo sume en un mar de dudas, hasta que decide abandonarla, para no denunciarla como infiel, pues por eso podrían apedrearla. Hasta que el ángel le explica que el niño es obra del Espíritu Santo, y que acepte en su casa a María como esposa. Le encarga, además, desempeñar un papel muy importante en el misterio de la encarnación: ser papá adoptivo de Jesús. José acepta al futuro recién nacido y, como papá oficial, tendrá que ponerle un nombre que indica su destino: "Jesús, porque él salvará al pueblo de sus pecados". José, "hombre justo", es un modelo admirable de fe y de generosidad; puso toda su vida al servicio de nuestra redención.

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