En la Biblia, la familia ocupa un
puesto importante. No hubiera podido ser de otro modo, porque los autores
bíblicos nacieron en el marco de una familia. Por lo tanto, la historia de
Jesús empieza en el seno de una familia, como Lucas nos muestra. Jesús es hijo
carnal de María, ligado físicamente a ella por la carne. Es ligado legalmente a
José, por lo cual queda registrado oficialmente como descendiente de David.
Pero su familia biológica y legal queda relativizada y sometida a otra
superior, su relación con el Padre. Por si fuera poco, la familia sufre otro
cambio, el de significado, en la primera carta de Juan. Allí, el Apóstol habla
de los cristianos como hijos de Dios, no por ataduras carnales, legales, o metafísicas,
sino por la gracia y la fe. La familia bíblica es importante, pero siempre
cambiante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario