viernes, 1 de julio de 2022

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20220703

Es bien sabido que, en ciertas épocas, la Iglesia Católica se ha encerrado en sí misma y concentrado sus fuerzas en la preservación de ciertos privilegios, prácticas y tradiciones, algunas de ellas, desde hace tiempo, obsoletas. Para el Papa Francisco, tal actitud ya no es posible hoy. De hecho, en su exhortación apostólica de 2013, Evangelii gaudium (La alegría del Evangelio), el Papa confiesa que "sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación" (n. 27). Por lo tanto, todos los miembros de nuestras iglesias locales tienen que examinarse para averiguar si todavía se preocupan con la autopreservación de sus instituciones. Es tiempo de soñar con una vida misionera y más auténtica.

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