sábado, 30 de julio de 2022

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA Domingo 31 de julio 2022



¡Construiré graneros más grandes! ¿Por qué habían producido tanto las tierras de este hombre que no iba a hacer más que un mal uso de sus riquezas? Para que se manifieste con mayor esplendor la inmensa bondad de Dios que da su gracia a todos, porque hace caer la lluvia sobre justos e injustos, hace salir el sol tanto sobre los malvados como sobre los buenos (Mt 5,45). Los beneficios de Dios para este hombre rico eran: una tierra fecunda, un clima templado, abundantes semillas, bueyes para labrar, y todo lo que asegura la prosperidad. Y él ¿qué le devolvía? Un mal humor, misantropía y egoísmo. Es así como agradecía a su bienhechor. Olvidaba que todos pertenecemos a la misma naturaleza humana; no pensó que era necesario distribuir lo superfluo a los pobres; no tuvo en cuenta ninguno de los preceptos divinos: No niegues un favor a quien es debido .si en tu mano está el hacérselo (Pr 3, 2n parte tu pan con el hambriento (Is 58, 7). Todos los profetas y los sabios le proclamaban estos preceptos, pero él se hacía el sordo. Sus graneros estaban a punto de romperse por demasiado estrechos para el trigo que metía, pero su corazón no estaba saciado. No quería despojarse de nada, aunque no llegara a poder guardar todo lo que poseía. Este problema le angustiaba: ¿Qué haré?, se repetía. ¿Quién no tendría lástima de u n hombre tan obsesionado? La abundancia le hace infeliz. Se lamenta igual como los indigentes: ¿Qué haré? ¿Qué comeré? ¿Con qué me vestiré? Eso es lo que dice este rico. Sufre su corazón, la inquietud le devora, porque lo felicidad. Lo que atormenta a su alma es tener demasiadas riquezas al rebosar sus graneros»

(San Basilio Magno [329-379]. Homilía 6, sobre las riquezas).

No hay comentarios:

Publicar un comentario