martes, 5 de noviembre de 2024

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20241110

 

En la iglesia primitiva, como es bien sabido, existía una orden o grupo oficial de viudas que cumplían numerosas tareas imprescindibles en la comunidad (por ejemplo, véase 1 Tim 5,3-16). Por razones no completamente claras, esta orden desapareció. Tal vez hoy sea el momento justo de revivirla o, por lo mínimo, descubrir una manera permanente, pública y clara de habilitar y reconocer la contribución que las viudas y todos los ancianos hacen en favor de la Iglesia. Es lo que el Papa Francisco pide cuando llama a los ancianos los "mensajeros de la ternura" y "el cimiento firme del futuro", como ha dicho en varios de sus mensajes para el Día Mundial de los Abuelos y Ancianos, el domingo más cercano de la fiesta de los abuelos de Jesús, los santos Joaquín y Ana (el 26 de julio).

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