miércoles, 2 de noviembre de 2011

Actividades especiales por el día de los fieles difuntos, en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús




Acapulco Gro. 2 de Noviembre día de los fieles difuntos.

El arzobispo de Acapulco Carlos Garfias Merlos, presidió hoy a las 12.15 hs. en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús ubicada en el fraccionamiento Costa Azul, una celebración eucarística especial en rogación por las personas que han muerto a causa de la delincuencia organizada y por la paz para el mundo.

En ceremonia concelebrada con el párroco Álvaro Sánchez Quevedo y el vicario  Eduardo Mercado Hernández, Garfias Merlos convocó a entender en el sentido de la espiritualidad, que “Dios se hace presente a través de las causas humanas”, aun en medio del clima de violencia e inseguridad, “quienes han sido llamados aún a través de esa manera violenta a presentarse delante de Dios se encuentran ya en su presencia”.

Durante su homilía el Arzobispo de Acapulco expresó que después de la perdida de algún familiar o algún ser querido, aún a costa de la violencia, es más importante la respuesta comprometida a favor de la vida que tengamos a Dios, que el sentido de “desquite” que pueda generarse en contra de quien cometió el crimen.
Garfias Merlos afirmó que el gran desafío que tenemos como iglesia, como comunidad y como sociedad es encontrar en la espiritualidad el alimento ante las situaciones de violencia, agresión e inseguridad.

Previo a la homilía de monseñor,  ante unas 200 personas reunidas en la parroquia, el vicario dio lectura al evangelio según San Mateo donde Jesús habla de la toma de posesión del Reino preparado desde la creación del mundo para todos aquellos que atienden al prójimo en sus necesidades básicas, y que para aquellos que no vieron por él “Yo les aseguro que cuanto no hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo”.

Desde el arribo de los feligreses al templo, se les recibió con una flor para que en el momento oportuno fuera intercambiada entre ellos mismos como un signo de paz. Así mismo se les entregó la oración de la paz que fue rezada al final de la misa.

Por la tarde, en atrio del templo se rezó el Santo Rosario por la paz de nuestra ciudad, nuestro estado, en todo nuestro país y en el mundo entero, donde participaron todos los grupos y movimientos parroquiales.   




  





















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