Nuestra
Señora de los Dolores
FIESTA: 15
DE SEPTIEMBRE
Es la más
universal de todas las advocaciones de la Virgen, pues no está vinculada a una
aparición, sino que recuerda los dolores que sufrió la Madre de Jesús.
Estos son:
La profecía de Simeón, la huida de Egipto, el niño Jesús perdido en el Templo,
el encuentro de Jesús y María camino al Calvario, la Crucifixión, el cuerpo de
Jesús es bajado de la cruz, el entierro de Jesús.
Ella lo
sufrió todo por nosotros para que disfrutemos de la gracia de redención, sufrió
para demostrarnos su amor.
La devoción
de los dolores de María es fuente de Gracias porque llega a lo profundo del
corazón de Cristo.
La Iglesia
nos exhorta a entregarnos sin reserva al amor de María y llevar con paciencia
nuestra Cruz acompañados de la Madre Dolorosa.
La liturgia
de la celebración de los Dolores de la Virgen es de origen Alemán. En 1423 el
arzobispo de Colonia, Teodorico de Neurs la instituye para reparar las burlas
que los herejes hacían a las imágenes de la Virgen Dolorosa y en 1727 el Papa
Benedicto XIII la propago a toda la Iglesia. El hecho de que se celebre el 15
de septiembre se debió a que desde 1688 los religiosos Servitas celebraron en
esa fecha la fiesta de los dolores de la Virgen, fiesta que PIO VII extendió a
toda la cristiandad en 1814. Paralelamente a estas celebraciones, se
desarrollaba en España el culto especial a "La Dolorosa", en torno a
los "Pasos de Semana Santa". Entre las renovaciones litúrgicas
promovidas por el Concilio Vaticano II, se estableció que se suspendieran las
festividades duplicadas a lo largo dl año. Como, la festividad de Virgen de los
Dolores, hasta entonces se celebraba el 8 días antes del viernes Santo y el 15
de septiembre se suspendió el viernes de Dolor y quedo el 15 de septiembre como
única fecha de conmemoración.
Gracias de
la Virgen de los Dolores
Esta
devoción alimenta el espíritu de compunción, nos da gran consuelo, fortalece la
confianza de Dios y nos da especial protección de la Santísima Virgen. La Madre
de Dios le dijo en una oportunidad a Santa Brígida: "No importa qué tan numerosos
sean los pecados de una persona. Si se vuelve a mí con un sincero propósito de
enmienda, estoy preparada para recibirle con mi gracia, porque YO no tomo en
cuenta el número de pecados que ha cometido, sino que me fijo con la
disposición que vienen hacia mí; yo ya no siento aversión por curar sus
heridas, porque yo soy llamada y soy la Madre de la Misericordia"
La Santísima
Virgen concede 7 gracias a aquellos que mediten diariamente los Dolores de la
Virgen, rezando un Ave María al finalizar cada uno.
Las 7
gracias:
1. Les
concederé paz a las familias
2. Serán
iluminados sobre los Divinos Misterios
3. Los
consolaré en sus dolores y los acompañaré en sus trabajos
4. Les
concederé todo lo que me pidan siempre y cuando no se oponga a la adorable
voluntad de mi Divino Hijo o a la santificación de sus almas
5. Los
defenderé de sus batallas espirituales con el enemigo interior y los protegeré
cada instante de su vida.
6. Los
ayudaré visiblemente en la hora de su muerte; verán la cara de su Madre.
7. He conseguido
de mi divino Hijo que, cuantas propaguen esta devoción, serán trasladadas de
esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados
todos sus pecados y mi Hijo y Yo seremos su consolación eterna y alegría
Los siete
dolores y su meditación:
1. La
Profecía se Simeón:
Por esta
profecía se le revela a María que la misión salvadora de Jesús no será bien
recibida por muchos y que su vida terminará con una dolorosa Pasión y Muerte,
durante la cual, una espada de dolor le atravesará a ella el alma.
2. La huida
de Egipto:
El Rey
Herodes está furioso por el nacimiento de Jesús y se propone matarlo. El dolor
de la Virgen María es el dolor de la Madre que ve amenazada la vida de su
recién nacido, que es el hijo de Dios, El Mesías.
3. El niño
Jesús Perdido en el templo:
Fue el Dolor
más sensible, porque en todos los otros tuvo consigo a su querido hijo; mas
este lo sufrió apartada de Él.
4. Encuentro
de Jesús y María camino al Calvario:
Jesús va
cargando la pesada Cruz, su rostro está bañado de sangre, sus facciones
desfiguradas por la multitud de golpes y por el dolor. María va siguiendo sus
pasos para ser crucificada junto a Él.
5. La
crucifixión:
Su
inmaculado Corazón no miraba la pena propia, miraba la Pasión y Muerte del Hijo
tan Amado. Todas las penas de la crucifixión las sufrieron los dos. Se ofrecían
dos holocaustos: el cuerpo de Jesús y el corazón de María
6. El cuerpo
de Jesús es bajado de la cruz:
Al tenerlo
en sus brazos, María ve de cerca la gravedad y profundidad de todas las llagas
y heridas de su hijo, reavivando el dolor.
7. El
entierro de Jesús:
A pesar que
sabe que su Hijo va a resucitar, siente un grandísimo dolor al separarse
físicamente de Él. Nuestro Señor Jesucristo dijo a María Valtorta: "pensad
en mi Madre que, desde el momento que me concibió, ha sufrido pensando que era
condenado, esta Madre que, cuando me ha dado el primer beso en mi cuerpo de
recién nacido, ha presentido las futuras llagas de su Criatura, esta Madre que
habría dado diez, cien, miles de veces su vida, con tal de impedir que, en mi vida
adulta, llegara el momento de la Inmolación, esta Madre que sabía y que debía
desear que se cumpliera ese tremendo acontecimiento, para aceptar la voluntad
del Señor, para la gloria del Señor , por bondad, hacia la humanidad.
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