DOMINGO
III DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C
Domingo
24 de enero 2016
EL
DESAFÍO DE FORMAR COMUNIDAD
Tanto
el libro de Nehemías, como la Carta a los Corintios y el Evangelio de san Lucas
ponen el énfasis en la urgencia de que los creyentes se asocien de manera
solidaria para responder al llamado del Señor. En el texto de Nehemías
observamos como levitas y sacerdotes auxilian a la gente, traduciendo y
explicando el libro de la Ley que Dios había dado a su pueblo; por su parte, la
Carta a los Corintios subraya la importancia de que los hermanos con talentos,
se dispongan a mantener la unidad, del mismo modo que los menos favorecidos, se
animen también a integrarse en la comunidad eclesial. Finalmente el Evangelio
proclama el programa de la buena nueva de la libertad y la justicia en favor de
los miembros más vulnerables del pueblo de Dios. La salvación no se agota en el
plano individual sino que desencadena una verdadera transformación social.
ANTÍFONA
DE ENTRADA Sal 95, 1. 6
Canten
al Señor un cántico nuevo, hombres de toda la tierra, canten al Señor. Hay
brillo y esplendor en su presencia y en su templo, belleza y majestad.
GLORIA
Gloria
a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu
inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te
damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo
único, Jesucristo.
Señor
Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten
piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el
Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN
COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, dirige nuestros pasos de manera que podamos agradarte en
todo y así merezcamos en nombre de tu Hijo amado, abundar en toda clase de
obras buenas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
PRIMERA
LECTURA
El
pueblo comprendía la lectura del libro de la ley.
Del
libro de Nehemías: 8, 2-4. 5-6. 8-10
En
aquellos días, Esdras, el sacerdote, trajo el libro de la ley ante la asamblea,
formada por los hombres, las mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era
el día primero del mes séptimo, y Esdras leyó desde el amanecer hasta el
mediodía, en la plaza que está frente a la puerta del Agua, en presencia de los
hombres, las mujeres y todos los que tenían uso de razón. Todo el pueblo estaba
atento a la lectura del libro de la ley.
Esdras
estaba de pie sobre un estrado de madera, levantado para esta ocasión. Esdras
abrió el libro a la vista del pueblo, pues estaba en un sitio más alto que
todos, y cuando lo abrió, el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo
entonces al Señor, el gran Dios, y todo el pueblo, levantando las manos,
respondió: ¡Amén!", e inclinándose, se postraron rostro en tierra. Los levitas
leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicaban el sentido, de
suerte que el pueblo comprendía la lectura.
Entonces
Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que
instruían a la gente, dijeron a todo el pueblo: "Éste es un día consagrado
al Señor, nuestro Dios. No estén ustedes tristes ni lloren (porque todos
lloraban al escuchar las palabras de la ley). Vayan a comer espléndidamente,
tomen bebidas dulces y manden algo a los que nada tienen, pues hoy es un día
consagrado al Señor, nuestro Dios. No estén tristes, porque celebrar al Señor
es nuestra fuerza". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
Del
salmo 18, 8. 9. 10. 15
R/.
Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La
ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las
palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En
los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los
preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
La
voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor
son verdaderos y enteramente justos. R/.
Que
sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor,
que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación. R/.
SEGUNDA
LECTURA
Ustedes
son el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro de él.
De
la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 12,12-30
Hermanos:
Así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser
muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros,
seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo
Espíritu, para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del
mismo Espíritu.
El
cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Si el pie dijera:
"No soy mano, entonces no formo parte del cuerpo", ¿dejaría por eso
de ser parte del cuerpo? Y si el oído dijera: "Puesto que no soy ojo, no
soy del cuerpo", ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si todo el
cuerpo fuera ojo, ¿con qué oiríamos? Y si todo el cuerpo fuera oído, ¿con qué
oleríamos? Ahora bien, Dios ha puesto los miembros del cuerpo cada uno en su
lugar, según lo quiso. Si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el
cuerpo?
Cierto
que los miembros son muchos, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede
decirle a la mano: "No te necesito"; ni la cabeza a los pies:
"Ustedes no me hacen falta". Por el contrario, los miembros que
parecen más débiles son los más necesarios. Y a los más íntimos los tratamos
con mayor decoro, porque los demás no lo necesitan. Así formó Dios el cuerpo,
dando más honor a los miembros que carecían de él, para que no haya división en
el cuerpo y para que cada miembro se preocupe de los demás. Cuando un miembro
sufre, todos sufren con él; y cuando recibe honores, todos se alegran con él.
Pues
bien, ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro de él. En la
Iglesia, Dios ha puesto en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a
los profetas; en tercer lugar, a los maestros; luego, a los que hacen milagros,
a los que tienen el don de curar a los enfermos, a los que ayudan, a los que
administran, a los que tienen el don de lenguas y el de interpretarlas. ¿Acaso
son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos
milagros? ¿Tienen todos el don de curar? ¿Tienen todos el don de lenguas y
todos las interpretan?
Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Lc 4, 18
R/.
Aleluya, aleluya.
El
Señor me ha enviado para llevar a los pobres la buena nueva y anunciar la
liberación a los cautivos. R/.
EVANGELIO
Hoy
se ha cumplido este pasaje de la Escritura.
Del
santo Evangelio según san Lucas: 1, 1-4; 4, 14-21
Muchos
han tratado de escribir la historia de las cosas que pasaron entre nosotros,
tal y como nos las trasmitieron los que las vieron desde el principio y que
ayudaron en la predicación. Yo también, ilustre Teófilo, después de haberme
informado minuciosamente de todo, desde sus principios, pensé escribírtelo por
orden, para que veas la verdad de lo que se te ha enseñado.
(Después
de que Jesús fue tentado por el demonio en el desierto), impulsado por el
Espíritu, volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y
su fama se extendió por toda la región. Fue también a Nazaret, donde se había
criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se
levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo
desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor
está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva,
para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar
libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.
Enrolló
el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los
asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar,
diciendo: "Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban
de oír".
Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN
DE FE
Creo
en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo
lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de
Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del
Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra
salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la
Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de
Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Oremos,
hermanos, a Dios Padre todopoderoso, en cuyas manos está el destino del universo,
y pidámosle confiadamente que escuche las oraciones de su pueblo:
R/.
Te lo pedimos, Padre
Por
la santa Iglesia de Dios, para que busque cada día con mayor afán el rostro de
su Señor, y sus fieles se esfuercen en purificarse de todas sus faltas y
pecados, roguemos al Señor. R/.
Por
los que gobiernan las naciones para que trabajen con interés y constancia por
la paz y el bienestar de sus pueblos, a fin de que reine entre ellos la
justicia y la paz, roguemos al Señor. R/.
Por
los enfermos, los encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios, Padre
de misericordia, venga en auxilio de sus males, roguemos al Señor. R/.
Por
todos los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda perseverar
en la fe y progresar en el mutuo amor, roguemos al Señor. R/.
Dios
nuestro, que has enviado a tu Hijo, rey y profeta, para anunciar el Evangelio a
los pobres, la libertad a los cautivos y a los ciegos la vista, escucha
nuestras súplicas y haz que tu palabra resuene con fuerza en el mundo, y a nosotros
nos transforme en instrumentos eficaces de libertad y salvación para todos los
hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe,
Señor, benignamente, nuestros dones, y santifícalos, a fin de que nos sirvan
para nuestra salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 33,6
Acudan
al Señor; quedarán radiantes y sus rostros no se avergonzarán.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos,
Dios todopoderoso, que al experimentar el efecto vivificante de tu gracia, nos
sintamos siempre dichosos por este don tuyo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Estudios y encuestas recientes ponen de
manifiesto que los mexicanos nos hemos vuelto marcadamente individualistas,
puesto que las aspiraciones giran en torno del propio empleo, la adquisición de
propiedades y a lo sumo, miramos también al logro del bienestar familiar;
olvidando el bienestar de la comunidad y del país. Esto no ocurre solamente a
nivel de asuntos ciudadanos, sino que también en el ámbito eclesial, escasea el
número de bautizados que viven en calidad de discípulos comprometidos con la
tarea evangelizadora en cualquiera de sus dimensiones y facetas. Reacios a
salir de nuestra zona de confort, nos vamos quejando del deterioro de la
situación comunitaria, sin mover un dedo para mejorarla. La llamada del Señor
nos anima a asumir nuestra condición de hijos del Padre común, sirviendo a los
necesitados y cuidando a la vez de nuestra propia vida.
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