DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C
Domingo 17 de Enero 2016
LA FIDELIDAD DE DIOS
En la lógica de los símbolos matrimoniales usados por los
profetas de Israel, Dios es el marido y el pueblo es la esposa. En esa relación
ocurren infidelidades, desencuentros y momentos de reconciliación. Isaías
anuncia un segundo y definitivo aire en las relaciones amorosas de Dios con su
pueblo. Dios es un marido que ama entrañablemente a su esposa y por eso, se
decide a renovar su alianza de amor. En el Evangelio de san Juan se nos relata
la celebración de unas bodas. Jesús, sus discípulos y su familia participan
como invitados y ante el incidente de la escasez de vino, el maestro sorprende
al novio y al encargado del banquete con un vino excepcional. Con esa actitud
solidaria pone de manifiesto que las penas y problemas por más comunes que
sean, ameritan el interés y la compasión efectiva del Señor Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 65, 4
Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos
canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas
el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten
piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que gobiernas los cielos y la
tierra, escucha con amor las súplicas de tu pueblo y haz que los días de
nuestra vida transcurran en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Como el esposo se alegra con la esposa.
Del libro del profeta Isaías: 62, 1-5
Por amor a Sión no me callaré y por amor a Jerusalén no me
daré reposo, hasta que surja en ella esplendoroso el justo y brille su
salvación como una antorcha.
Entonces las naciones verán tu justicia, y tu gloria todos
los reyes. Te llamarán con un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona de gloria en la mano del Señor y diadema real en la palma de su
mano.
Ya no te llamarán "Abandonada", ni a tu tierra,
"Desolada"; a ti te llamarán "Mi complacencia" y a tu
tierra, "Desposada", porque el Señor se ha complacido en ti y se ha
desposado con tu tierra.
Como un joven se desposa con una doncella, se desposará
contigo tu hacedor; como el esposo se alegra con la esposa, así se alegrará tu
Dios contigo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 95, 1-2. 2b-3. 7-8a. 9-10ac
R/. Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda
la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo. R/.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a
los pueblos; de nación en nación, sus maravillas. R/.
Alaben al Señor, pueblos del orbe, reconozcan su gloria y su
poder y tribútenle honores a su nombre. R/.
Caigamos en su templo de rodillas. Tiemblen ante el Señor
los atrevidos. "Reina el Señor", digamos a los pueblos, gobierna a las
naciones con justicia. R/.
SEGUNDA LECTURA
Uno solo y el mismo Espíritu distribuye sus dones según su
voluntad.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios:
12, 4-11
Hermanos: Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el
mismo. Hay diferentes servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diferentes
actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo. En cada uno se
manifiesta el Espíritu para el bien común. Uno recibe el don de la sabiduría;
otro, el don de la ciencia. A uno se le concede el don de la fe; a otro, la
gracia de hacer curaciones, y a otro más, poderes milagrosos. Uno recibe el don
de profecía, y otro, el de discernir los espíritus. A uno se le concede el don
de lenguas, y a otro, el de interpretarlas. Pero es uno solo y el mismo
Espíritu el que hace todo eso, distribuyendo a cada uno sus dones, según su
voluntad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 2 Ts 2, 14
R/. Aleluya, aleluya.
Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar
de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R/.
EVANGELIO
La primera señal milagrosa de Jesús, en Caná de Galilea.
Del santo Evangelio según san Juan: 2, 1-11
En aquel tiempo, hubo una boda en Caná de Galilea, a la cual
asistió la madre de Jesús. Éste y sus discípulos también fueron invitados. Como
llegara a faltar el vino, María le dijo a Jesús: "Ya no tienen vino".
Jesús le contestó: "Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo? Todavía no llega mi
hora". Pero ella dijo a los que servían: "Hagan lo que él les
diga".
Había allí seis tinajas de piedra, de unos cien litros cada
una, que servían para las purificaciones de los judíos. Jesús dijo a los que
servían: "Llenen de agua esas tinajas". Y las llenaron hasta el
borde. Entonces les dijo: "Saquen ahora un poco y llévenselo al encargado
de la fiesta".
Así lo hicieron, y en cuanto el encargado de la fiesta probó
el agua convertida en vino, sin saber su procedencia, porque sólo los
sirvientes la sabían, llamó al novio y le dijo: "Todo el mundo sirve
primero el vino mejor, y cuando los invitados ya han bebido bastante, se sirve
el corriente. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora".
Esto que Jesús hizo en Caná de Galilea fue el primero de sus
signos. Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él. Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo
y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor,
Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios
de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros,
los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu
Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos al Señor y pidámosle que escuche
compasivamente nuestras plegarias:
R/. Escúchanos, Padre
Por la santa Iglesia de Dios, para que Dios, nuestro Señor,
le conceda la paz y la unidad y la proteja en todo el mundo, roguemos al Señor.
R/.
Por los gobernantes de nuestra patria y de todas las
naciones, para que Dios, nuestro Señor, dirija sus pensamientos y decisiones
hacia una paz verdadera, roguemos al Señor. R/.
Por los que están en camino de conversión y por los que se
preparan a recibir el bautismo, para que Dios, nuestro Señor, les abra la
puerta de la misericordia y les dé parte en la vida nueva de Cristo Jesús,
roguemos al Señor. R/.
Por nuestros familiares y amigos que no están ahora aquí con
nosotros, para que Dios, nuestro Señor, escuche sus oraciones y lleve a la
realidad sus deseos, roguemos al Señor. R/.
Dios nuestro, que, en la hora de la cruz, invitaste a la
humanidad a unirse a Cristo, esposo y Señor, escucha nuestras oraciones y haz
que la Iglesia experimente en el convite dominical la fuerza transformadora del
amor de Cristo y sepa pregustar en este convite la esperanza alegre de las
bodas eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en estos misterios,
porque cada vez que se celebra el memorial de este sacrificio, se realiza la
obra de nuestra redención. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 22, 5
Para mí, Señor, has preparado la mesa y has llenado mi copa
hasta los bordes.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad, para que,
saciados con el pan del cielo, vivamos siempre unidos en tu amor. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Si tomamos como telón de
fondo el relato de las bodas de Caná para reflexionar sobre la situación de las
familias y los matrimonios actuales, podemos apoyarnos en la imagen de la
escasez del vino y señalar que las familias siguen enfrentando carencias, tal
vez no solamente de víveres y otros servicios domésticos, sino en particular de
un clima cálido y propicio para la formación de personas. Una abundante
dotación de respeto, apertura al diálogo sincero con la pareja y con los hijos,
una disposición para ofrecer el perdón y aceptar los límites del otro, nos hace
mucha más falta que una pantalla de plasma de amplias dimensiones o un celular
de última generación. El vino simbólico que Jesús nos podría regalar con
abundancia es el vino que más alegra el corazón: sabernos amados de todo
corazón por los que amamos.
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