EL BAUTISMO DEL SEÑOR
Domingo 10 de enero 2016
AQUÍ ESTA TU DIOS
El atrevimiento y la convicción del Segundo Isaías es total,
se anima a gritar con todas sus letras un mensaje provocador: Dios está
llegando de forma patente, incentivando la confianza de las personas
desesperanzadas. El profeta asocia la llegada de Dios con la entrega de un
salario y una recompensa. El mensaje es claro: Dios no deja "colgado de la
brocha" a cuantos se arriesgan en favor de su proyecto de salvación. En la
misma tónica resuena el mensaje del profeta del Jordán. Dios apura los
mecanismos de juicio y discernimiento y dará a cada cual su merecido, ya no
prosperarán los sinvergüenzas, ni se quedarán ufanos los verdugos ni los
cínicos. Israel no puede alabar a Dios y continuar pisoteando a la gente débil,
que no tiene medios para defenderse. Dios visita a su pueblo para encaminarlo a
una verdadera renovación de sus prácticas, valores y creencias.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mt 3, 16-17
Inmediatamente después de que Jesús recibió el bautismo, se
abrieron los cielos y el Espíritu Santo se posó sobre Él en forma de paloma, y
resonó la voz del Padre que decía: "Éste es mi Hijo amado, en quien he
puesto todo mi amor".
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama
el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te
glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas
el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten
piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste solemnemente a
Jesucristo como tu Hijo muy amado, cuando, al ser bautizado en el Jordán,
descendió el Espíritu Santo sobre Él, concede a tus hijos de adopción,
renacidos del agua y del Espíritu Santo, que se conserven siempre dignos de tu
complacencia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la
verán.
Del libro del profeta Isaías: 40, 1-5. 9-11
"Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios.
Hablen al corazón de Jerusalén y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de
su servidumbre y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha
recibido de manos del Señor castigo doble por todos sus pecados".
Una voz clama: "Preparen el camino del Señor en el
desierto, construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle
se eleve, que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo
escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los
hombres la verán". Así ha hablado la boca del Señor.
Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para
Sión; alza con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén.
Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: "Aquí está su
Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo.
El premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor
apacentará su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá
solícito a sus madres".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 103, lb-2. 3-4. 24-25. 27-28. 29-30
R/. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu
grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto.
R/.
Por encima de las aguas construyes tu morada. Las nubes son
tu carro; los vientos, tus alas y mensajeros; y tus servidoras, las ardientes
llamas. R/.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con
maestría! La tierra está llena de tus creaturas, y tu mar, enorme a lo largo y
a lo ancho, está lleno de animales pequeños y grandes. R/.
Todos los vivientes aguardan que les des de comer a su
tiempo; les das el alimento y lo recogen, abres tu mano y se sacian de bienes.
R/.
Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al
polvo. Pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la
tierra. R/.
SEGUNDA LECTURA
Él nos salvó mediante el bautismo, que nos regenera y nos renueva,
por la acción del Espíritu Santo.
De la carta del apóstol san Pablo a Tito: 2, 11-14; 3, 4-7
Querido hermano: La gracia de Dios se ha manifestado para
salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la vida sin religión
y a los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera
sobria, justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios y
salvador, Cristo Jesús, nuestra esperanza. Él se entregó por nosotros para
redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de convertirnos en pueblo suyo,
fervorosamente entregado a practicar el bien.
Al manifestarse la bondad de Dios, nuestro salvador, y su
amor a los hombres, Él nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho algo
digno de merecerlo, sino por su misericordia. Lo hizo mediante el bautismo, que
nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo, a quien Dios
derramó abundantemente sobre nosotros, por Cristo, nuestro salvador. Así,
justificados por su gracia, nos convertiremos en herederos, cuando se realice
la esperanza de la vida eterna. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Lc 3, 16)
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene otro más poderoso que yo, dijo Juan el Bautista; Él
los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. R/.
EVANGELIO
Después del bautismo de Jesús, el cielo se abrió.
Del santo Evangelio según san Lucas: 3, 15-16. 21-22
En aquel tiempo, como el pueblo estaba en expectación y
todos pensaban que quizá Juan el Bautista era el Mesías, Juan los sacó de
dudas, diciéndoles: "Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro
más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias.
Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego".
Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús
fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó
sobre Él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que
decía: "Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco". Palabra
del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
SPROFESIÓN DE FE
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo
y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos a nuestro Salvador, que quiso ser bautizado
para santificar nuestro bautismo y renovar por él al hombre caído, y pidámosle
que se compadezca de quienes ha querido que fueran sus hermanos:
R/ Óyenos, Señor.
Para que Cristo, el Siervo de Dios, en quien el Padre se
complace, mire con amor a todos los que se preparan para el bautismo o la
confirmación o pre-paran el bautismo de sus hijos, roguemos al Señor. R/
Óyenos, Señor.
Para que Cristo, el Elegido de Dios, para llevar el derecho
a las naciones, ilumine a los que buscan a Dios con sinceridad de corazón, les
haga oír la voz potente y magnífica del Padre, que los llama a escuchar a su
Hijo amado, y los conduzca hacia el bautismo, roguemos al Señor. R/ Óyenos,
Señor.
Para que Cristo, el Enviado del Padre, que no quiebra la
caña resquebrajada ni apaga la mecha que aún humea conceda la salud a los que
viven oprimidos por el diablo, roguemos al Señor. R/ Óyenos, Señor.
Para que Cristo, el Hijo amado, que quiso ser bautizado en
el Jordán para dar fuerza a nuestro bautismo, nos haga descubrir y amar la
grandeza del bautismo cristiano, don del amor de Dios a los hombres, roguemos
al Señor. R/ Óyenos, Señor.
Padre todopoderoso, que haces resonar tu voz magnífica en
las aguas del bautismo y en la unción de la confirmación, escucha nuestras
oraciones y concede a los bautizados cumplir fielmente las promesas de su
bautismo y ser testigos valientes de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la
manifestación de tu Hijo muy amado, para que la oblación de tus hijos se
convierta en el mismo sacrificio de aquel que quiso en su misericordia lavar
los pecados del mundo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO
El Bautismo del Señor.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque mostraste en el Jordán con signos admirables el misterio del
nuevo bautismo, para que por aquella voz, venida del cielo, creyéramos que tu
Palabra ya estaba habitando en nosotros y, por el Espíritu Santo, que descendió
en forma de paloma, se supiera que Cristo, tu Siervo, era ungido con óleo de
alegría y enviado a anunciar el Evangelio a los pobres. Por eso, a una con los
coros de ángeles, te alabamos continuamente en a tierra, aclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Jn 1, 32. 34)
Éste es aquél de quien Juan decía: Yo lo he visto y doy
testimonio de que Él es el Hijo de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados con estos sagrados dones, imploramos, Señor, tu
clemencia, para que, escuchando fielmente a tu Unigénito, nos llamemos y seamos
de verdad hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Cuando revisamos los
diarios y encontramos reportajes de la violencia o de los índices de pobreza
que no ceden, podemos experimentar cierta sensación de desamparo. Pareciera que
las salidas se agotan y que el margen de maniobra para modificar todo aquello
que degrada las condiciones de vida de las personas se acorta. La desesperanza
campea por todas partes, produciendo individualistas furibundos que persiguen
su propio bienestar a costa del país y de los otros. Escasa solidaridad y
escasa confianza en los demás. Las figuras proféticas siguen siendo
indispensables, son nuestros críticos implacables, como Juan el Bautista y como
Jesús de Nazaret, y a la vez son nuestros pedagogos que nos alientan a vivir en
clave de esperanza. Los retos son enormes, pero el amor a la vida, a las
personas, a la creación entera son un acicate para salir de nuestra zona de
confort y buscar la mejor para nosotros y para nuestra comunidad.
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