DOMINGO V DE PASCUA Ciclo C
Domingo 24 de Abril 2016
EL MANDAMIENTO NUEVO
Pocas frases del mensaje cristiano presentes en el cuarto
Evangelio han calado tan profundamente en la conciencia de los creyentes como
las que ahora escuchamos: los verdaderos discípulos se reconocen por la
vivencia del amor fraterno. Efectivamente la filadelfia, entendida como la
entrega amorosa y recíproca de los bautizados, es uno de los signos distintivos
de la espiritualidad cristiana. La otra dimensión está presente en el discurso
de despedida que Pablo y Bernabé dirigen a los discípulos de la región de
Antioquía de Pisidia: es necesario vivir la esperanza cristiana de forma
perseverante, resistiendo alegremente a los maltratos y contratiempos surgidos
a causa de la adhesión a Jesús. El amor y la esperanza coexisten como
prolongación tangible de una auténtica vida de fe: quien se apoya con todas sus
fuerza en Cristo Jesús está llamado a amar y perseverar en la esperanza, como
él lo hizo.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 97, 1-2
Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas
y todos los pueblos han presenciado su victoria. Aleluya.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas
el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten
piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, lleva a su plenitud en nosotros
el sacramento pascual, para que, a quienes te dignaste renovar por el santo
bautismo, les hagas posible, con el auxilio de tu protección, abundar en frutos
buenos, y alcanzar los gozos de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Contaban a la comunidad cristiana lo que había hecho Dios
por medio de ellos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 14, 21b-27
En aquellos días, volvieron Pablo y Bernabé a Listra, Iconio
y Antioquía, y ahí animaban a los discípulos y los exhortaban a perseverar en
la fe, diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el
Reino de Dios. En cada comunidad designaban presbíteros, y con oraciones y
ayunos los encomendaban al Señor, en quien habían creído.
Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia; predicaron
en Perge y llegaron a Atalía. De ahí se embarcaron para Antioquía, de donde
habían salido, con la gracia de Dios, para la misión que acababan de cumplir.
Al llegar, reunieron a la comunidad y les contaron lo que
había hecho Dios por medio de ellos y cómo les había abierto a los paganos las
puertas de la fe.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 144, 8-9. 10-11. 12-13ab
R/. Bendeciré al Señor eternamente. Aleluya.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse
y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se
extiende a todas sus creaturas. R/.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles
te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus
maravillas. R/
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la
gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre, y tu imperio, por todas
las generaciones. R/.
SEGUNDA LECTURA
Dios les enjugará todas sus lágrimas.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 21, 1-5
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el
primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y el mar ya no existía.
También vi que descendía del cielo, desde donde está Dios, la ciudad santa, la
nueva Jerusalén, engalanada como una novia, que va a desposarse con su prometido.
Oí una gran voz, que venía del cielo, que decía: "Ésta
es la morada de Dios con los hombres; vivirá con ellos como su Dios y ellos
serán su pueblo. Dios les enjugará todas sus lágrimas y ya no habrá muerte ni
duelo, ni penas ni llantos, porque ya todo lo antiguo terminó".
Entonces el que estaba sentado en el trono, dijo:
"Ahora yo voy a hacer nuevas todas las cosas".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34
R/. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los
unos a los otros, como yo los he amado. R/.
EVANGELIO
Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los
otros.
Del santo Evangelio según san Juan: 13, 31-33. 34-35
Cuando Judas salió del cenáculo, Jesús dijo: "Ahora ha
sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios
ha sido glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo
glorificará.
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Les doy un
mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; y
por este amor reconocerán todos que ustedes son mis discípulos”. Palabra del
Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por
obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el
poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos a Cristo, camino verdad y vida y, como pueblo
sacerdotal, pidámosle por las necesidades de todo el mundo diciendo: Te
rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que Cristo, esposo de la Iglesia, llene de alegría
pascual a todos los que se han consagrado a la extensión de su reino, roguemos
al Señor.
Para que Cristo, piedra angular del edificio, ilumine con el
anuncio evangélico a los pueblos que aún desconocen la buena nueva de la
resurrección, roguemos al Señor.
Para que Cristo, estrella luciente de la mañana, seque las
lágrimas de los que lloran y aleje del dolor las penas de los que sufren,
roguemos al Señor.
Para que Cristo, testigo fidedigno y veraz, nos conceda ser,
con nuestra alegría evangélica, sal y luz para los hombres que desconocen la
victoria de la resurrección, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que, en tu Hijo Jesucristo, has hecho que todo
sea nuevo, escucha nuestra oración y haz que asumamos, como distintivo de
nuestra vida, el mandamiento del amor, y que te amemos a ti y a los hermanos
como tú nos has amado, para que el mundo te conozca a ti y a tu Hijo
Jesucristo. El, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos
hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como
hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO V DE PASCUA
Cristo, sacerdote y victima
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que Cristo,
nuestra Pascua, fue inmolado. Porque él, con la oblación de su cuerpo en la
cruz, llevó a plenitud los sacrificios de la antigua alianza, y al entregarse a
ti por nuestra salvación, quiso ser al mismo tiempo sacerdote, víctima y altar.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda de
alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 15, 1. 5
Yo soy la vid verdadera y ustedes los sarmientos, dice el
Señor; si permanecen en mí y yo en ustedes darán fruto abundante. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste
alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición
de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Mezquindades aparte,
seguimos apreciando que muchas personas se interesan, cuidan y atienden a los
necesitados en la medida de sus posibilidades. Todo esas personas que no
figuran en las redes sociales, ni acaparan en manera alguna los titulares de
los periódicos siguen ahí presentes haciendo vida la caridad cristiana: unos lo
hacen llevando alimentos a los familiares de los enfermos que pasan días
enteros en los hospitales públicos; otros más, auxilian a los presos o a las
agrupaciones que luchan contra las adicciones, como drogadictos anónimos y
otras tantas. Voluntarios que sin buscar el reconocimiento social, ni el
beneficio personal, van viviendo el amor cristiano sin hacer alarde y sin
derrochar nuestros impuestos en programas clientelares. El amor cristiano y la
gente de buena voluntad cambian de manera discreta pero eficaz la situación de
los más desvalidos.
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