LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS
Reflexiones sobre la celebración
de Halloween
El significado de Halloween es
"All hallow's eve", un término que proviene del idioma inglés
antiguo, y que significa "víspera de todos los santos". Se refiere a
la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. Sin
embargo, la costumbre antigua anglosajona le ha robado su estricto sentido
religioso para celebrar en su lugar la noche del miedo, del terror, de las
brujas y los fantasmas. Halloween marca una triste vuelta al antiguo paganismo,
tendencia que lamentablemente se ha propagado también entre los pueblos
hispanos.
Halloween es un festejo pagano
con intereses consumistas. La cultura de consumo propicia y aprovecha las
oportunidades para hacer negocios, sin importar cómo. Hollywood ha contribuido
a la difusión del Halloween con una serie de películas en las cuales la
violencia gráfica y los asesinatos crean en el espectador un estado morboso de
angustia y ansiedad. Estas películas son vistas por adultos y niños, creando en
estos últimos miedo y una idea errónea de la realidad. El Halloween hoy es,
sobre todo, un gran negocio. Máscaras, disfraces, dulces, maquillaje y demás
artículos necesarios son un motor más que suficiente para que algunos
empresarios fomenten el "consumo del terror".
Sin embargo, para los creyentes
es la fiesta de todos los Santos la que verdaderamente tiene relevancia y
refleja la fe en el futuro para quienes esperan y viven según el Evangelio
predicado por Jesús. El respeto a los restos mortales de quienes murieron en la
fe y su recuerdo, se inscribe en la veneración de quienes han sido "templos
del Espíritu Santo".
Ante todos estos elementos que
componen hoy el Halloween, vale la pena reflexionar y hacerse las siguientes
preguntas:
¿Qué experiencia (moral o
religiosa) queda en el niño que para "divertirse" ha usado disfraces
de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes
relacionados principalmente con el mal y el ocultismo, sobre todo cuando la
televisión y el cine identifican estos disfraces con personajes contrarios a la
sana moral, a la fe y a los valores del Evangelio.? Veamos qué dice Nuestro
Señor Jesucristo del mal y lo malo en Mt. 7,17. Mt. 6,13. La Palabra de Dios
nos habla de esto también en 1ª Pe. 3, 8-12.
¿Cómo podemos justificar como
padres de una familia cristiana que nuestros hijos celebren el día de Halloween
como una fiesta pagana? ¿No seríamos incongruentes?
Con los disfraces y la
identificación que existe con los personajes del cine... ¿no estamos
promoviendo en la conciencia de los pequeños que el mal y el demonio son solo
fantasías, un mundo irreal que nada
tiene que ver con nuestras vidas y que por lo tanto no nos afectan? La Palabra
de Dios afirma la existencia del diablo, del enemigo de Dios en St. 4,7 1ª Pe 5,18
Ef. 6,11 Lc. 4,2 Lc. 25, 41
¿No es Halloween otra forma de
relativismo religioso con la cual vamos permitiendo que nuestra fe y nuestra
vida cristianas se vean debilitadas?
Si aceptamos todas estas ideas y
las tomamos a la ligera en "aras de la diversión de los niños" ¿Qué
diremos a los jóvenes (a quienes durante su infancia les permitimos jugar al
Halloween) cuando acudan a los brujos, médiums, echadores de cartas y todas
esas actividades contrarias a lo que nos enseña la Sagrada Escritura?
Es que nosotros, como cristianos,
mensajeros de la paz, el amor, la justicia, portadores de la luz para el mundo
¿podemos identificarnos con una actividad en donde todos sus elementos hablan
de temor, injusticia, miedo y oscuridad? Sobre el tema de la paz podemos leer
Fil. 4,9 Gál. 5,22. Ver qué dice Jesús
sobre esto en Mt. 5,14 Jn. 8,12
Si somos sinceros con nosotros
mismos y buscamos ser fieles a los valores de la Iglesia Católica, llegaremos a
la conclusión de que el halloween no tiene nada que ver con nuestro recuerdo
cristiano de los Fieles Difuntos, y que todas sus connotaciones son nocivas y
contrarias a los principios elementales de nuestra fe.
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