DOMINGO
XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C
Domingo
16 de octubre 2016
LA
LECCIÓN SOBRE LA ORACIÓN CONFIADA
No
es exclusivo de nuestra época el proceder negligente de los burócratas y demás
funcionarios públicos. Ya en el Evangelio, el Señor Jesús exhibe la actitud
inicial de desinterés y prepotencia del juez que a las primeras de cambio,
desoye los justos reclamos de la viuda. Como todo tiene sus límites, la
tenacidad de la mujer doblega al juez sordo, que finalmente se ocupa de sus
demandas. El Señor Jesús argumenta inteligentemente y nos muestra que Dios
estará mucho más atento y disponible para responder a los ruegos y súplicas de
sus hijos. Por contraste, el profeta Ezequiel compone una alegoría para exhibir
la prepotencia del rey de Babilonia que dispone a su arbitrio del pueblo y de
los nobles de Israel. El rey extranjero no tiene oídos sino para sí mismo y sus
intereses, en cambio, el Dios de Israel mantiene siempre sus oídos atentos al
clamor de sus fieles.
ANTÍFONA
DE ENTRADA Cfr. Sal 16, 6. 8
Te
invoco, Dios mío, porque tú me respondes; inclina tu oído y escucha mis
palabras. Cuídame, Señor, como a la niña de tus ojos y cúbreme bajo la sombra
de tus alas.
GLORIA
Gloria
a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa
gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único,
Jesucristo.
Señor
Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad
de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que
estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú
eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN
COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, haz que nuestra voluntad sea siempre dócil a la tuya y
que te sirvamos con un corazón sincero. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA
DE LA PALABRA
PRIMERA
LECTURA
Mientras
Moisés tenía las manos en alto, dominaba Israel.
Del
libro Éxodo: 17, 8-13
Cuando
el pueblo de Israel caminaba a través del desierto, llegaron los amalecitas y
lo atacaron en Refidim. Moisés dijo entonces a Josué: "Elige algunos
hombres y sal a combatir a los amalecitas. Mañana, yo me colocaré en lo alto
del monte con la vara de Dios en mi mano".
Josué
cumplió las órdenes de Moisés y salió a pelear contra los amalecitas. Moisés,
Aarón y Jur subieron a la cumbre del monte, y sucedió que, cuando Moisés tenía
las manos en alto, dominaba Israel, pero cuando las bajaba, Amalec dominaba.
Como
Moisés se cansó, Aarón y Jur lo hicieron sentar sobre una piedra, y colocándose
a su lado, le sostenían los brazos. Así, Moisés pudo mantener en alto las manos
hasta la puesta del sol. Josué derrotó a los amalecitas y acabó con ellos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
Del
salmo 120, 1-2. 3-4. 5-6. 7-8
R/.
El auxilio me viene del Señor.
La
mirada dirijo hacia la altura de donde ha de venirme todo auxilio. El auxilio
me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.
No
dejará que des un paso en falso, pues es tu guardián y nunca duerme. No, jamás
se dormirá o descuidará el guardián de Israel. R/.
El
Señor te protege y te da sombra, está siempre a tu lado. No te hará daño el sol
durante el día ni la luna, de noche. R/.
Te
guardará el Señor en los peligros y cuidará tu vida; protegerá tus ires y
venires, ahora y para siempre. R/.
SEGUNDA
LECTURA
El
hombre de Dios será perfecto y enteramente preparado para toda obra buena.
De
la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 3, 14-4, 2
Querido
hermano: Permanece firme en lo que has aprendido y se te ha confiado, pues bien
sabes de quiénes lo aprendiste y desde tu infancia estás familiarizado con la
Sagrada Escritura, la cual puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo
Jesús, conduce a la salvación.
Toda
la Sagrada Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, para
reprender, para corregir y para educar en la virtud, a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto y esté enteramente preparado para toda obra buena.
En
presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir a juzgar a los vivos y a
los muertos, te pido encarecidamente, por su advenimiento y por su Reino, que
anuncies la palabra; insiste a tiempo y a destiempo; convence, reprende y
exhorta con toda paciencia y sabiduría. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Hb 4, 12
R/.
Aleluya, aleluya.
La
palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del
corazón. R/.
EVANGELIO
Dios
hará justicia a sus elegidos que claman a él.
Del
santo Evangelio según san Lucas: 18, 1-8
En
aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin
desfallecer, Jesús les propuso esta parábola:
"En
cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres.
Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para
decirle: 'Hazme justicia contra mi adversario'.
Por
mucho tiempo, el juez no le hizo caso, pero después se dijo: 'Aunque no temo a
Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda,
voy a hacerle justicia para que no me siga molestando' ".
Dicho
esto, Jesús comentó: "Si así pensaba el juez injusto, ¿creen ustedes acaso
que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que
los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando
venga el Hijo del hombre, ¿creen ustedes que encontrará fe sobre la
tierra?"
Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN
DE FE
CREDO
NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo
en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo
lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de
Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del
Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra
salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la
Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de
Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Invoquemos,
hermanos, al Señor, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al
conocimiento de la verdad, diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos,
Señor.)
Para
que el Señor avive el corazón de los fieles y los empuje a trabajar en la
salvación de todos los hombres y en el anuncio del Evangelio a todos los
pueblos, roguemos al Señor.
Para
que sean desterradas todas las divisiones que separan a pueblos y razas, y se
mantengan firmes en la sociedad humana la igualdad y la justicia, roguemos al
Señor.
Para
que los prófugos, los exiliados, los rechazados por la sociedad y los
abandonados puedan regresar a la patria y para que el Señor conceda a todos un
corazón bondadoso para con los pobres y forasteros, roguemos al Señor.
Para
que Dios infunda en nuestros corazones su Espíritu de amor, a fin de que,
revestido con los mismos sentimientos de Cristo, amemos a Dios en los hermanos,
roguemos al Señor.
Dios
nuestro, que, gracias a las manos en alto de tu siervo Moisés, diste a tu
pueblo la victoria, contempla a tu Iglesia reunida en oración y haz que el
nuevo Israel progrese en el bien y venza a las fuerzas malignas que amenazan al
mundo, mientras espera la hora en que harás justicia a tus elegidos que claman
a ti día y noche. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos,
Señor, el don de poderte servir con libertad de espíritu, para que, por la
acción purificadora de tu gracia, los mismos misterios que celebremos nos
limpien de toda culpa. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PPREFACIO
El
Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte
gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio Pascual,
realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y de la
muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada,
pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las tinieblas a tu luz
admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso con los ángeles y
los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno
de tu gloria:
Santo,
Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos
están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna
en el cielo.
Bendito
el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 32, 18-19
Los
ojos del Señor están puestos en sus hijos, en los que esperan en su
misericordia; para librarlos de la muerte, y reanimarlos en tiempo de hambre.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te
rogamos, Señor, que la frecuente recepción de estos dones celestiales produzca
fruto en nosotros y nos ayude a aprovechar los bienes temporales y alcanzar con
sabiduría los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Los ciudadanos que no forman parte de
organizaciones sociales numerosas, lo mismo que los fieles laicos que no
disponen de algún poder notable, terminan por perder su capacidad de hacerse
escuchar o de participar de manera corresponsable en la conducción de la
sociedad o de la comunidad eclesial respectivamente. La sordera y la tozudez,
de políticos y funcionarios, se acrecienta y solamente parecen quedar dos
salidas: una, la conformación de organizaciones sociales bien articuladas para
hacerse oír por la autoridad y otra, la queja, el deshago y la súplica confiada
ante Dios para que mantenga nuestra esperanza y nuestro ánimo a tono, para
seguir trabajando paciente y organizadamente por el bien de todos, sabiendo que
Dios ama a quienes se ocupan de promover el bienestar de la comunidad.
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