DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO
ORDINARIO Ciclo C
Domingo 9 de octubre 2016
LA GRATITUD Y LA GRATUIDAD
El relato de Naamán y la
narración sobre los diez leprosos, además de ocuparse del tema de la curación
de la lepra, tiene otras semejanzas: el protagonista de cada uno es un
extranjero, en un caso un samaritano, en otro, un general sirio; ambos son
sanados de la lepra por la intervención de un profeta de Israel (Eliseo y
Jesús); ambos reciben la curación de manera simple (un baño en el Jordán y una
palabra ordinaria del Señor Jesús), ambos experimentan la benevolente gratuidad
del Dios de Israel y por lo mismo, ambos responden con gratitud y entusiasmo,
bendiciendo al Señor. En el trasfondo del relato está la convicción de que Dios
no es propiedad de Israel, sino que se hace manifiesto ante personas de buena voluntad
de todo pueblo y nación. De maneras diversas Dios sigue saliendo al encuentro
de quienes lo buscan con sincero corazón.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 129,
3-4
Si conservaras el recuerdo de
nuestras faltas, Señor, ¿quién podría resistir? Pero tú, Dios de Israel, eres
Dios de perdón.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que
quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la
derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú
Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, que tu gracia
continuamente nos disponga y nos acompañe, de manera que estemos siempre
dispuestos a obrar el bien. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Volvió Naamán a donde estaba el
hombre de Dios y alabó al Señor.
Del segundo libro de los Reyes:
5, 14-17
En aquellos días, Naamán, el
general del ejército de Siria, que estaba leproso, se bañó siete veces en el
Jordán, como le había dicho Eliseo, el hombre de Dios, y su carne quedó limpia
como la de un niño.
Volvió con su comitiva a donde
estaba el hombre de Dios y se le presentó diciendo: "Ahora sé que no hay
más Dios que el de Israel. Te pido que aceptes estos regalos de parte de tu
siervo". Pero Eliseo contestó: "Juro por el Señor, en cuya presencia
estoy, que no aceptaré nada". Y por más que Naamán insistía, Eliseo no
aceptó nada.
Entonces Naamán le dijo: "Ya
que te niegas, concédeme al menos que me den unos sacos con tierra de este
lugar, los que puedan llevar un par de mulas. La usaré para construir un altar
al Señor, tu Dios, pues a ningún otro dios volveré a ofrecer más
sacrificios". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 97, 1.2-3ab. 3cd-4.
R/. El Señor nos ha mostrado su
amor y su lealtad. Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas.
Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su
victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado
Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado
la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con
júbilo al Señor. R/.
SEGUNDA LECTURA
Si nos mantenemos firmes,
reinaremos con Cristo.
De la segunda carta del apóstol
san Pablo a Timoteo: 2, 8-13
Querido hermano: Recuerda siempre
que Jesucristo, descendiente de David, resucitó de entre los muertos, conforme
al Evangelio que yo predico. Por este Evangelio sufro hasta llevar cadenas,
como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso lo
sobrellevo todo por amor a los elegidos, para que ellos también alcancen en
Cristo Jesús la salvación, y con ella, la gloria eterna.
Es verdad lo que decimos:
"Si morimos con él, viviremos con él; si nos mantenemos firmes, reinaremos
con él; si lo negamos, él también nos negará; si le somos infieles, él
permanece fiel, porque no puede contradecirse a sí mismo". Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 1
Ts 5, 18
R/. Aleluya, aleluya.
Den gracias siempre, unidos a
Cristo Jesús, pues esto es lo que Dios quiere que ustedes hagan. R/.
EVANGELIO
¿No ha habido nadie, fuera de
este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?
Del santo Evangelio según san
Lucas: 17,11-19
En aquel tiempo, cuando Jesús iba
de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo,
cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo
lejos y a gritos le decían: "¡Jesús, maestro, ten compasión de
nosotros!"
Al verlos, Jesús les dijo:
"Vayan a presentarse a los sacerdotes". Mientras iban de camino,
quedaron limpios de la lepra.
Uno de ellos, al ver que estaba
curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y
le dio las gracias. Ése era un samaritano. Entonces dijo Jesús: "¿No eran
diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido
nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?"
Después le dijo al samaritano: "Levántate y vete. Tu fe te ha
salvado".
Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de
Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo
del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se
hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y
subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con
gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el
Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que
con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de confianza en el Señor,
oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades y digamos
confiadamente: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que Dios conceda el espíritu
de paciencia y de caridad a los cristianos perseguidos por su nombre y los
ayude a ser testigos fieles y verídicos de su Evangelio, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda prudencia a
los gobernantes y honradez a todos los súbditos, a fin de que se mantengan la
armonía y la justicia en la sociedad, roguemos al Señor.
Para que el Señor, el único que
puede hacer prosperar el trabajo del hombre, bendiga los esfuerzos de los
trabajadores y haga que la tierra dé frutos abundantes para todos, roguemos al
Señor.
Para que Dios no permita que en
la hora de nuestra muerte, desesperados y sin acordarnos de él, nos sintamos
como arrancados de este mundo, sino que, confiados y con una gran paz,
lleguemos a la vida feliz y eterna, roguemos al Señor.
Dios nuestro, fuente y origen de
la vida temporal y eterna, escucha las oraciones de tu Iglesia y haz que no
busquemos únicamente la salud del cuerpo; que los que nos hemos reunido este
domingo volvamos para alabarte por el don de la fe, y que toda la Iglesia sea
testigo de la salvación que tú obras continuamente en Cristo, tu Hijo, que vive
y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las súplicas de
tus fieles junto con estas ofrendas que te presentamos, para que, lo que
celebramos con devoción, nos lleve a alcanzar la gloria del cielo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PPREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo
de Dios
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor
nuestro. Quien, por su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de
llamamos de la esclavitud del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe
elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que,
trasladados por ti de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el
mundo tus maravillas. Por eso con los ángeles y los arcángeles y con todos los
coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre
del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal
33, 11
Los ricos se empobrecen y pasan
hambre; los que buscan al Señor, no carecen de nada.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, suplicamos a tu majestad
que así como nos nutres con el sagrado alimento del Cuerpo y de la Sangre de tu
Hijo, nos hagas participar de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO
TIEMPO. La lepra ha sido una enfermedad asociada con el rechazo social y la
discriminación. Además de esa enfermedad de la piel, las sociedades multiplican
los motivos para marcar fronteras y excluir a los extraños. En ocasiones es el
origen étnico, la profesión religiosa, la condición socioeconómica, la edad u
otros factores. Finalmente, casi siempre son externalidades ajenas a la libre
decisión de las personas. Más allá de esas diferencias que tanto se
contraponen, existe una semejanza fundamental que nos hermana: la condición de
personas humanas. El Señor Jesús realiza la curación de los leprosos, sin
demandar condiciones ni exigir requisitos. El sufrimiento de cualquier persona
es razón suficiente para conmover las entrañas del Padre amoroso, que se revela
de manera plena en Jesús, el hombre que pasó su vida haciendo el bien.
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