IV DOMINGO DE PASCUA Ciclo A
Domingo 7 de mayo 2017
¿QUÉ TENEMOS QUE HACER, HERMANOS?
Los israelitas que escucharon el
primer discurso misionero propiamente cristiano no se resistieron. El
testimonio y la argumentación del apóstol Pedro ablandó su corazón y con
apertura se dispusieron a dejarse orientar por sus palabras. La respuesta del
apóstol es sencilla, aunque, por otra parte, muy exigente. Son tres acciones:
arrepentirse, bautizarse y confesar a Jesús como Mesías. Quien viva de corazón
y con profundidad esta secuencia, recibirá la paz del Espíritu y el perdón de
los pecados. Aquí es donde podemos recordar el mensaje del capítulo décimo de
san Juan. Jesús es el pastor, su palabra resuena a oídos de todos, pero sólo
unos cuantos logran discernir y reconocer su voz. Tal como el mismo Señor Jesús
lo aclara, él no ha venido para adueñarse de la libertad de sus ovejas, sino
para favorecerla. La vida y la libertad de las personas son tan preciadas para
él, que se decide a entregar por entero su vida.
ANTÍFONA ENTRADA Cfr. Sal 32, 5-6
La tierra está llena del amor del
Señor y su palabra hizo los cielos. Aleluya.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te
alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor
Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que
quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la
derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú
Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, te
pedimos que nos lleves a gozar de la alegrías celestiales para que tu rebaño, a
pesar de su fragilidad, llegue también a donde lo precedió su glorioso Pastor.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Dios lo ha constituido Señor y
Mesías.
Del libro de los Hechos de los
Apóstoles: 2, 14. 36-41
El día de Pentecostés, se
presentó Pedro, junto con los Once, ante la multitud, y levantando la voz,
dijo: "Sepa todo Israel con absoluta certeza, que Dios ha constituido
Señor y Mesías al mismo Jesús, a quien ustedes han crucificado".
Estas palabras les llegaron al
corazón y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: "¿Qué tenemos que
hacer, hermanos?" Pedro les contestó: "Conviértanse y bautícense en
el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados y recibirán el Espíritu
Santo. Porque las promesas de Dios valen para ustedes y para sus hijos y
también para todos los paganos que el Señor, Dios nuestro, quiera llamar,
aunque estén lejos".
Con éstas y otras muchas razones,
los instaba y exhortaba, diciéndoles: "Pónganse a salvo de este mundo
corrompido". Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se
les agregaron unas tres mil personas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5.6
R/. El Señor es mi pastor, nada
me faltará. Aleluya.
El Señor es mi pastor, nada me
falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce
para reparar mis fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus
promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú estás conmigo, tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a
despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa
hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me
acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años
sin término. R/.
SEGUNDA LECTURA
Han vuelto ustedes al pastor y
guardián de sus vidas.
De la primera carta del apóstol
san Pedro: 2, 20b-25
Hermanos: Soportar con paciencia
los sufrimientos que les vienen a ustedes por hacer el bien, es cosa agradable
a los ojos de Dios, pues a esto han sido llamados, ya que también Cristo sufrió
por ustedes y les dejó así un ejemplo para que sigan sus huellas.
El no cometió pecado ni hubo
engaño en su boca; insultado, no devolvió los insultos; maltratado, no profería
amenazas, sino que encomendaba su causa al único que juzga con justicia;
cargado con nuestros pecados, subió al madero de la cruz, para que, muertos al
pecado, vivamos para la justicia. Por sus llagas ustedes han sido curados,
porque ustedes eran como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al pastor y
guardián de sus vidas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn
10, 14
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor, dice el
Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. R/.
EVANGELIO
Yo soy la puerta de las ovejas.
Del santo Evangelio según san
Juan: 10,1-10
En aquel tiempo, Jesús dijo a los
fariseos: "Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de
las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón, un bandido; pero el que
entra por la puerta, ése es el pastor de las ovejas. A ése le abre el que cuida
la puerta, y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y
las conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de
ellas, y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo
seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los
extraños".
Jesús les puso esta comparación,
pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: "Les
aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que
yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado. Yo soy la
puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará
pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para
que tengan vida y la tengan en abundancia".
Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro
Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa
María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Levantemos, hermanos, nuestros
ojos a Cristo, obispo y pastor de nuestras almas, y pongamos en sus manos, con
toda confianza, las necesidades de los hombres diciendo: Te rogamos, Señor.
(R/. Te rogamos, Señor.)
Para que los obispos, los
presbíteros y diáconos apacienten santamente a los pueblos que tienen
encomendados, roguemos al Señor.
Para que la paz que Jesucristo
concedió a los discípulos arraigue con fuerza en nuestro mundo, y se alejen de
las naciones el odio y las guerras, roguemos al Señor.
Para que los enfermos, los pobres
y todos los que sufren encuentren en Cristo resucitado luz y esperanza,
roguemos al Señor.
Para que Dios derrame en las
familias cristianas el espíritu de piedad y de renuncia a lo mundano, de manera
que germinen abundantes vocaciones al ministerio eclesial, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que
en tu Hijo, vencedor de la muerte, nos has abierto las puertas de la salvación,
escucha nuestra oración e infunde en nuestro corazón la sabiduría de tu
Espíritu, para que no nos dejemos seducir por las voces engañosas del mundo,
sino que reconozcamos y sigamos siempre la voz de tu Hijo, el buen pastor, que
nos da vida, y vida abundante, y que vive y reina, inmortal y glorioso, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, vivir siempre
llenos de gratitud por estos misterios pascuales que celebramos, para que,
continuamente renovados por su acción se conviertan para nosotros en causa de eterna
felicidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
PREFACIO I DE PASCUA
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca
(en esta noche) (en este día) (en este tiempo),
en que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado. Porque él es el verdadero
Cordero que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y
resucitando, restauró la vida. Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el
mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los
ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Ha resucitado el Buen Pastor, que
dio la vida por sus ovejas y se entregó a la muerte por su rebaño. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Buen Pastor, vela con solicitud
por tu rebaño y dígnate conducir a las ovejas que redimiste con la preciosa
sangre de tu Hijo, a las praderas eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO
TIEMPO.- La mayoría de los bautizados en la fe católica hemos recibido el don
de la fe por decisión de nuestros padres. Así como ellos, al momento de
aplicarnos las vacunas y cuidados médicos no esperaron a que tuviéramos
capacidad para elegir, tampoco se esperaron a que creciéramos para hacernos
partícipes de la vida cristiana. Eligieron compartirnos el don de la fe, porque
esa fe había sido para ellos un camino de esperanza y de humanización. Cuando
llegamos a la edad adulta y experimentamos algún tipo de cuestionamiento o
crisis religiosa, tenemos la oportunidad de ratificar o renunciar a nuestra fe.
Quien consiga apreciar la grandeza del camino cristiano, reconocerá a Jesús
como un amigo y salvador y no como un moralista intransigente, que quiere
arrebatarle su libertad. El Señor Jesús nos conoce personalmente y nos invita a
vivir una vida plena, en la ruta de la entrega y el amor al hermano. Es nuestra
decisión ensordecer o escuchar su voz.
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