NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Lunes 25 de diciembre 2017
Misa del día
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 9, 5
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado;
lleva sobre sus hombros el imperio y su nombre será Ángel del gran consejo.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que de manera admirable creaste la
naturaleza humana y, de modo aún más admirable, la restauraste, concédenos
compartir la divinidad de aquel que se dignó compartir nuestra humanidad. Él,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La tierra entera verá la salvación que viene de
nuestro Dios.
Del libro del profeta Isaías: 52, 7-10
¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al
mensajero que anuncia la paz, al mensajero que trae la buena nueva, que pregona
la salvación, que dice a Sión: "Tu Dios es rey"!
Escucha: Tus centinelas alzan la voz y todos a una
gritan alborozados, porque ven con sus propios ojos al Señor, que retorna a
Sión. Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor
rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén. Descubre el Señor su santo brazo a
la vista de todas las naciones. Verá la tierra entera la salvación que viene de
nuestro Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 97, 1 .2-3ab. 3cd-4. 5-6
R/. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho
maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha
revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y
su lealtad hacia Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de
nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los
instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro rey. R/.
SEGUNDA LECTURA
Dios nos ha hablado por medio de su Hijo.
De la carta a los hebreos: 1, 1-6
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló
Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos
tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de
todas las cosas y por medio del cual hizo el universo.
El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la
imagen fiel de su ser y el sostén de todas las cosas con su palabra poderosa.
El mismo, después de efectuar la purificación de los pecados, se sentó a la
diestra de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más encumbrado sobre los
ángeles, cuanto más excelso es el nombre que, como herencia, le corresponde.
Porque ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres
mi Hijo; yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo Dios: Yo seré para él un
padre y él será para mí un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el
mundo a su primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan,
naciones, y adoren al Señor, porque hoy ha descendido una gran luz sobre la
tierra. R/.
EVANGELIO
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó
entre nosotros.
Del santo Evangelio según san Juan: 1, 1-18
En el principio ya existía aquel que es la Palabra,
y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio Él
estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por Él y sin Él nada
empezó de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba
Juan. Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos
creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que
ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo
había sido hecho por Él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero
a todos los que lo recibieran les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a
los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo
de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó
entre nosotros. Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a
Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de Él, clamando:
"A éste me refería cuando dije: 'El que viene después de mí, tiene
precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo' ".
De su plenitud hemos recibido todos gracias sobre
gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la
verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo
unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado. Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
CREDO
A las palabras: Y por obra…, todos se arrodillan
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que sea aceptable ante ti, Señor, la oblación de la
presente solemnidad, por la que llegó a nosotros tu benevolencia para nuestra
perfecta reconciliación y nos fue concedido participar en plenitud del culto
divino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 97, 3
Los confines de la tierra han contemplado la
salvación que nos viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios misericordioso, que el Salvador
del mundo, que hoy nos ha nacido, puesto que es el autor de nuestro nacimiento
a la vida, también nos haga partícipes de su inmortalidad. Él, que vive y reina
por los siglos de los siglos.
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