viernes, 8 de diciembre de 2017

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20171210



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-Mirando detenidamente nuestro entorno advertimos muchas situaciones que nos desconsuelan: violencia criminal, corrupción, desempleo y crisis en numerosas familias. A ratos no sabemos ni por dónde empezar. Un creyente no puede darse el lujo de que le roben la esperanza. Dios está con nosotros, ofreciéndonos la fuerza del Espíritu para renovarnos. No se pueden consolidar los cambios urgentes que necesitan nuestra sociedad y nuestras instituciones (El Estado mexicano, la Iglesia, nuestra familia) sin un cambio personal. Como nadie da lo que no tiene, es imposible practicar la corrupción y el abuso y estar al frente de una institución pública o de una familia.

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