DOMINGO
II DE ADVIENTO Ciclo B
Domingo
10 de diciembre 2017
AQUÍ
ESTÁ SU DIOS
El
Segundo Isaías está seguro de lo que anuncia: el tiempo de la desgracia y el
sufrimiento ha terminado. No hay lugar para la aflicción, sino para la
esperanza. El profeta entendió que su misión era consolar y animar a sus
hermanos, atrapados en el trauma del destierro. La manifestación de la gloria
de Dios era inminente. El tiempo de las sombras terminaba. Como Señor de la
historia pondría en su lugar a los malvados y haría prosperar a sus fieles. De
esa esperanza se hace portavoz Juan Bautista, que retoma las palabras de Isaías
y en otro tiempo particularmente difícil marcado por la dominación romana y la
división interna de Israel, los anima a abrir el corazón. Un mundo nuevo está
por comenzar, no se levantará con espadas ni con murallas, sino que se
cimentará en el interior de las personas. Quien se disponga a creer, será
renovado por la fuerza del Espíritu. Quien se decida a reordenar su vida,
recibirá el auxilio del Señor.
ANTÍFONA
DE ENTRADA Cfr. Is 30, 19. 30
Pueblo
de Sión mira que el Señor va a venir para salvar a todas las naciones y dejará
oír la majestad de su voz para alegría de tu corazón.
No
se dice Gloria.
ORACIÓN
COLECTA
Dios
omnipotente y misericordioso, haz que ninguna ocupación terrena sirva de
obstáculo a quienes van presurosos al encuentro de tu Hijo, antes bien, que el
aprendizaje de la sabiduría celestial, nos lleve a gozar de su presencia. Él,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
PRIMERA
LECTURA
Preparen
el camino del Señor.
Del
libro del profeta Isaías: 40, 1-5. 9-11
"Consuelen,
consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén y
díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre y que ya ha
satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del Señor
castigo doble por todos sus pecados".
Una
voz clama: "Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan en el
páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve, que todo monte y
colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane.
Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán". Así
ha hablado la boca del Señor.
Sube
a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza con fuerza la
voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén Alza la voz y no temas;
anuncia a los ciudadanos de Judá: "Aquí está su Dios. Aquí llega el Señor,
lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo. El premio de su victoria lo
acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará su rebaño; llevará
en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá solícito a sus
madres". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
Del
salmo 84, 9ab-10. 11-12. 13-14.
Muéstranos,
Señor, tu misericordia y danos al Salvador. Escucharé las palabras del Señor,
palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la
gloria del Señor habitará en la tierra. R/.
La
misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la
fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando
el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. Lajusticia
le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.
SEGUNDA
LECTURA
Esperamos
un cielo nuevo y una tierra nueva.
De
la segunda carta del apóstol san Pedro: 3, 8-14
Queridos
hermanos: No olviden que para el Señor, un día es como mil años y mil años,
como un día. No es que el Señor se tarde, como algunos suponen, en cumplir su
promesa, sino que les tiene a ustedes mucha paciencia, pues no quiere que nadie
perezca, sino que todos se arrepientan.
El
día del Señor llegará como los ladrones. Entonces los cielos desaparecerán con
gran estrépito, los elementos serán destruidos por el fuego y perecerá la
tierra con todo lo que hay en ella.
Puesto
que todo va a ser destruido, piensen con cuánta santidad y entrega deben vivir
ustedes esperando y apresurando el advenimiento del día del Señor, cuando
desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los
elementos. Pero nosotros confiamos en la promesa del Señor y esperamos un cielo
nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia. Por lo tanto, queridos
hermanos, apoyados en esta esperanza, pongan todo su empeño en que el Señor los
halle en paz con él, sin mancha ni reproche.
Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Lc 3, 4. 6
R/.
Aleluya, aleluya.
Preparen
el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los hombres verán la
salvación de Dios. R/.
EVANGELIO
Enderecen
los senderos del Señor
Del
santo Evangelio según san Marcos: 1,1-8
Éste
es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del
profeta Isaías está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti,
a preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: "Preparen el
camino del Señor, enderecen sus senderos".
En
cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista predicando un
bautismo de conversión, para el perdón de los pecados. A él acudían de toda la
comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén; reconocían sus pecados y él
los bautizaba en el Jordán.
Juan
usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se
alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: "Ya viene detrás
de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera
inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a
ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo".
Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN
DE FE
CREDO
NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo
en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo
lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de
Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del
Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra
salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la
Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de
Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Salgamos
al encuentro del Señor, que se acerca a nosotros con designios de paz, y
presentémosle confiados nuestra plegaria. Digamos confiadamente: Ven Señor
Jesús. (R/. Ven Señor Jesús.)
Para
que la Iglesia viva alegre, sin inquietarse por nada, y, llena de esperanza,
crea que el Señor está cerca de ella, roguemos al Señor.
Para
que nuestro tiempo, con la ayuda de Dios, goce de seguridad, de alegría y de
paz, roguemos al Señor.
Para
que el Señor, con su venida, conforte los corazones abatidos y fortalezca las
rodillas que se doblan, roguemos al Señor.
Para
que nuestra fe crea firmemente en los dones que Dios nos promete y, ayudados
por la gracia divina, nos dispongamos a recibir los auxilios que él nos envía,
roguemos al Señor.
Dios
de todo consuelo y Padre de misericordia, que has prometido a los hombres,
peregrinos en el tiempo, un cielo nuevo y una tierra nueva, escucha nuestras
súplicas y habla al corazón de tu pueblo para que lleguemos, inmaculados e
irreprochables, al día de la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. El, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Que
te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y puesto que
no tenemos méritos en qué apoyarnos, nos socorra el poderoso auxilio de tu
benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Prefacio
de Adviento I
Las
dos venidas de Cristo
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre
y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo,
nuestro Señor. El cual, al venir por vez primera en la humildad de nuestra
carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino
de la salvación, para que cuando venga de nuevo, en la majestad de su gloria,
revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que
ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar. Por eso, con los ángeles y los
arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de su
gloria:
Santo,
Santo, Santo...
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN Bar 5, 5; 4, 36
Levántate,
Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría que te viene de Dios.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados
por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos, Señor, que, por nuestra
participación en estos misterios, nos enseñes a valorar sabiamente las cosas de
la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-Mirando detenidamente nuestro entorno advertimos
muchas situaciones que nos desconsuelan: violencia criminal, corrupción,
desempleo y crisis en numerosas familias. A ratos no sabemos ni por dónde
empezar. Un creyente no puede darse el lujo de que le roben la esperanza. Dios
está con nosotros, ofreciéndonos la fuerza del Espíritu para renovarnos. No se
pueden consolidar los cambios urgentes que necesita nuestra sociedad y nuestras
instituciones (El Estado mexicano, la Iglesia, nuestra familia) sin un cambio
personal. Como nadie da lo que no tiene, es imposible practicar la corrupción y
el abuso y estar al frente de una institución pública o de una familia. Resulta
más cómodo señalar los fallos ajenos y posponer nuestra propia conversión. El
bautismo es un compromiso y una promesa. Dios nos renueva interiormente, pero
nosotros necesitamos responder de manera congruente. Dios se hace presente a
través de personas dispuestas a vivir en sintonía con su proyecto salvador.
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