UNA REFLEXIÓN PARA
NUESTRO TIEMPO
Al momento de redactar una reflexión sobre estas lecturas, el
INEGI informaba lo que los mexicanos más ricos perciben un ingreso 21 veces
mayor que los más pobres, señalando que los últimos ganan 91 pesos en promedio
al día, mientras que los primeros perciben 1,876 pesos al día. Unida a esta gran brecha de desigualdad están la desnutrición, las condiciones insalubres,
la educación de menor calidad, la falta de derechos sociales y un largo listado
para los más desposeídos. Los inocentes que sufren, los millones de Job que pueblan
colonias y poblados con alta marginación, siguen suspirando por mejores
condiciones de vida. Al mismo tiempo, nos damos cuenta de las enormes
cantidades de dinero que se desperdician en campañas políticas: inequidad y
despilfarro que resultan indignantes. El profeta de Nazaret anima a quienes lo
confesamos como Señor a asumir con esperanza y decisión el camino de la
solidaridad que él recorrió.
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