UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO
La humanidad
parece descender en caída libre. El rechazo a los emigrantes, el maltrato a
nuestra casa común, el aumento de la violencia homicida son más que evidentes.
Sin asideros ideológicos de dónde agarrarse dada la muerte de las ideologías,
sin creencias de fe sólidas a raíz de una crisis espiritual, parece que marchamos
a la deriva. Por lo que respecta a nosotros los cristianos, estas lecturas son
como una "piedra en el zapato". No podemos desentendernos de las
amenazas crecientes a nuestra cohesión social. El amor al prójimo, el respeto a
la dignidad de todo ser humano están en el corazón de nuestra vida creyente.
Los padres de familia estamos invitados a testimoniar y comunicar una fe plena.
La experiencia de Dios nos urge a renovarnos interiormente, para de ese modo,
marcar una diferencia, renovando nuestro compromiso efectivo a favor de las
personas y de nuestro medio ambiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario