UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO
Antes de asumir
un compromiso demandante o una tarea difícil de cumplir, acostumbramos realizar
un momento de reflexión y discernimiento contrastando los costos y beneficios,
la bondad o negatividad de dicho proyecto. Más aún, aclarada la bondad del
proyecto, tenemos que reflexionar acerca de nuestras capacidades de cumplirlo.
No basta con disponer de entusiasmo y buena voluntad, aunque sin duda esto
último resulta favorable a la hora de iniciar algún reto exigente. La reflexión
anterior viene a cuento porque así lo permite la narración del primer anuncio
que Jesús hace sobre el rechazo que sufrirá por parte de los dirigentes
religiosos en su viaje Jerusalén. No está obsesionado con la adversidad, al
contrario, como a todo mortal le atemoriza morir, sin embargo, sigue adelante
porque entiende que Dios le acompaña y que la pérdida de su vida le permitirá
alcanzar la vida en plenitud. Una experiencia ejemplar que habrá de inspirarnos
al momento de asumir nuestros propios desafíos.
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