UNA MINORÍA VULNERABLE
El nexo que une el relato del
libro de los Reyes con el Evangelio de san Marcos es la figura de las viudas.
El tratamiento que los letrados abusivos dispensan a las viudas, según la
denuncia del Señor Jesús y el que muestra Elías, que pide y ofrece ayuda a la
viuda de Sarepta, no Se parecen en absoluto. Elías está tan afligido por la
carestía como la viuda, no dispone de privilegios come si lo hacían los
letrados en tiempos de Jesús; le pide un pan a la viuda y a cambio, le ofrece
una promesa: Dios no los dejará desamparados. La mujer accede y comparte sus
escasos alimentos con Elías, logrando sobrevivir ambos a la hambruna, tal como
lo había anunciado el profeta De esa misma confianza nos habla sin duda el
Evangelio cuando observarnos a otra viuda que sabe desprenderse de sus escasos
bienes: ofreciéndolos en limosna. Una constante resulta visible: quien menos
tiene, es más desprendido.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal
87, 3
Que llegue hasta ti mi
súplica, Señor, inclina tu oído a mi clamor.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y
en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú
que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a
la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo
tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el
Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y
misericordioso, aparta de nosotros todos los males, para que, con el alma y el
cuerpo bien dispuestos, podamos con libertad de espíritu cumplir lo que es de
tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Con el puñado de harina la viuda
hizo un panecillo y se lo llevó a Elías.
Del primer libro de los Reyes:
17, 10-16
En aquel tiempo, el profeta
Elías se puso en camino hacia Sarepta. Al llegar a la puerta de la ciudad,
encontró allí a una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo:
"Tráeme, por favor, un
poco de agua para beber". Cuando ella se alejaba, el profeta le gritó:
"Por favor, tráeme también un poco de pan". Ella le respondió:
"Te juro por el Señor, tu Dios, que no me queda ni un pedazo de pan; tan
sólo me queda un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la
vasija. Ya ves que estaba recogiendo unos cuantos leños. Voy a preparar un pan
para mí y para mi hijo. Nos lo comeremos y luego moriremos".
Elías le dijo: "No temas.
Anda y prepáralo como has dicho; pero primero haz un panecillo para mí y
tráemelo. Después lo harás para ti y para tu hijo, porque así dice el Señor
Dios de Israel: 'La tinaja de harina no se vaciará, la vasija de aceite no se
agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra' ".
Entonces ella se fue, hizo lo
que el profeta le había dicho y comieron él, ella y el niño. Y tal como había
dicho el Señor por medio de Elías, a partir de ese momento, ni la tinaja de
harina se vació, ni la vasija de aceite se agotó. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 145, 6c-7. 8-9a.
9bc-10
R/. El Señor siempre es fiel a
su palabra.
El Señor siempre es fiel a su
palabra, y es quien hace justicia al oprimido; El proporciona pan a los
hambrientos y libera al cautivo. R/.
Abre el Señor los ojos de los
ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a
su cuidado. R/.
A la viuda y al huérfano
sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente. Reina
tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R/.
SEGUNDA LECTURA
Cristo se ofreció una sola vez
para quitar los pecados de todos.
De la carta a los hebreos: 9,
24-28
Hermanos: Cristo no entró en
el santuario de la antigua alianza, construido por mano de hombres y que sólo
era figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para estar ahora en la
presencia de Dios, intercediendo por nosotros.
En la antigua alianza, el sumo
sacerdote entraba cada año en el santuario para ofrecer una sangre que no era
la suya; pero Cristo no tuvo que ofrecerse una y otra vez así mismo en
sacrificio, porque en tal caso habría tenido que padecer muchas veces desde la
creación del mundo. De hecho, él se manifestó una sola vez, en el momento
culminante de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí
mismo.
Así como está determinado que
los hombres mueran una sola vez y que después de la muerte venga el juicio, así
también Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos. Al
final se manifestará por segunda vez, pero ya no para quitar el pecado, sino
para salvación de aquellos que lo aguardan y en él tienen puesta su esperanza.
Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Mt 5, 3
R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de
espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R/.
EVANGELIO
Esa pobre viuda ha echado en
la alcancía más que todos.
Del santo Evangelio según san
Marcos: 12, 38-44
En aquel tiempo, enseñaba
Jesús a la multitud y le decía: "¡Cuidado con los escribas! Les encanta
pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles; buscan los
asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se
echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos.
Éstos recibirán un castigo muy riguroso".
En una ocasión Jesús estaba
sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí
sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda
pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos,
Jesús les dijo: "Yo les
aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los
demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza, ha echado
todo lo que tenía para vivir". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO
NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de
Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y
se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, por todos
los hombres y por sus necesidades, para que nunca falte a nadie la ayuda de
nuestra caridad y digamos confiadamente:
Te rogamos, Señor. (R/. Te
rogamos, Señor.)
Para que la Iglesia viva en
paz, crezca constantemente, se extienda por todo el mundo y persevere con
alegría en la presencia del Señor, confortada por el Espíritu Santo, roguemos
al Señor.
Para que el Señor conceda a
los que gobiernan el espíritu de sabiduría y de prudencia, a fin de que rijan a
sus pueblos pensando en la paz común y en el bien y la prosperidad de sus
súbditos, roguemos al Señor.
Para que Dios Padre libere al
mundo de toda falsedad, hambre y miseria, y auxilie a los perseguidos, a los
encarcelados y a los que son tratados injustamente, roguemos al Señor.
Para que todos nosotros
realicemos nuestro trabajo con espíritu cristiano y consigamos frutos
abundantes por nuestras obras, roguemos al Señor.
Señor Dios, que sustentas al
huérfano y a la viuda, haces justicia a los oprimidos y das pan a los
hambrientos, escucha las súplicas de tu pueblo, que confía en tu amor, no
permitas que a nadie le falte nunca ni la libertad ni el pan, y haz que todos
aprendamos a ayudar a los necesitados, a ejemplo de tu Hijo, que se entregó
libremente para salvarlos a todos. El, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, mira con bondad este
sacrificio, y concédenos alcanzar los frutos de la pasión de tu Hijo, que ahora
celebramos sacramentalmente. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el
Pueblo de Dios
En verdad es justo y
necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por
Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio Pascual, realizó la obra
maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y de la muerte al honor de
ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de tu
propiedad, para que, trasladados por ti de las tinieblas a tu luz admirable,
proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso con los ángeles y los
arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu
gloria:
Santo, Santo, Santo es el
Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la
tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal
22, 1-2
El Señor es mi pastor, nada me
falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes
tranquilas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con estos sagrados
dones, te damos gracias, Señor, e imploramos tu misericordia, para que, por la
efusión de tu Espíritu, cuya eficacia celestial recibimos, nos concedas
perseverar en la gracia de la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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