jueves, 29 de noviembre de 2018

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20181202




El rumbo sombrío que ha tomado nuestro país en los últimos años parece cancelar la espera de una mejoría verdadera de nuestras condiciones de vida. La generación nacida en este siglo solamente ha conocido las consabidas noticias de corrupción y violencia. Es en esta circunstancia tan compleja donde los discípulos de Jesús hemos de profesar nuestra fe cristiana y documentar nuestra esperanza en Cristo Jesús que ha vencido al mal. Durante el año 2017 perdieron la vida más de 3 mil cristianos en el mundo a causa de su fe. La persecución de la que habla Jesús en este evangelio no es una advertencia inventada. Confesarse seguidor de Jesucristo es un riesgo en países afectados por el fanatismo de supremacistas islámicos. Quienes no enfrentamos tan graves amenazas por causa de nuestra fe, estamos llamados, como nos recuerda san Pablo, a vivir de manera sobria y respetuosa, amando y sirviendo con generosidad a nuestros hermanos. Oportunidades sobran.

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