El rumbo sombrío que ha tomado nuestro país en los últimos
años parece cancelar la espera de una mejoría verdadera de nuestras condiciones
de vida. La generación nacida en este siglo solamente ha conocido las
consabidas noticias de corrupción y violencia. Es en esta circunstancia tan
compleja donde los discípulos de Jesús hemos de profesar nuestra fe cristiana y
documentar nuestra esperanza en Cristo Jesús que ha vencido al mal. Durante el
año 2017 perdieron la vida más de 3 mil cristianos en el mundo a causa de su
fe. La persecución de la que habla Jesús en este evangelio no es una
advertencia inventada. Confesarse seguidor de Jesucristo es un riesgo en países
afectados por el fanatismo de supremacistas islámicos. Quienes no enfrentamos
tan graves amenazas por causa de nuestra fe, estamos llamados, como nos
recuerda san Pablo, a vivir de manera sobria y respetuosa, amando y sirviendo
con generosidad a nuestros hermanos. Oportunidades sobran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario